En estos 20 días, han pasado por el Certamen ubicado en el Parque de la Arboleda, centenares de escolares para disfrutar de diferentes “masterclass”.
Ya van ya seis ediciones del Simposio de Escultura Internacional de Almazán, organizado por el escultor vallisoletano Miguel Isla cuyas obras han conseguido llegar al University Sunshine Coast Gallery de Australia al Museo de Arte Contemporaneo de México, al Wolgeon Contemporary Art Museum de Corea o al Museo Nacional de Barein. Miguel y Esperanza son el alma de este Simposio escultórico que servirá para continuar dotando de obras el Museo de Escultura al aire libre de Almazán y embellecer diferentes espacios de la Villa.
En estos 20 días, han pasado por el Certamen ubicado en el Parque de la Arboleda, centenares de escolares para disfrutar de diferentes “masterclass” impartidas por los artistas participantes, todos ellos de primer nivel y diferentes nacionalidades.
En esta ocasión , cinco han sido los artistas presentes en este sexta edición, la ucraniana Lyundmyla Mysko, exponente de la nueva creación geométrica abstracta ucraniana; Petre Petrov, maestro de las nuevas generaciones creadoras de Bulgaria y especializado en escultura para espacios públicos repartidas por todo el mundo; Valerian Jikia, artista polivalente, miembro de una familia de artistas de la República de Georgia, que tiene repartidas numerosas obras monumentales por el mundo; Jose Carlos Cabello, exponente de la escultura contemporánea madrileña, miembro de la Comunidad Internacional, que trabaja escultura monumental y, Ali Jabbar, nacido en Bagdad con nacionalidad danesa un gran promotor cultural en diferentes países cuya obra personal está impregnada de una fuerte personalidad.
En este caso los artistas han trabajo grandes bloques de mármol negro de Marquina, un producto exclusivo y único que es reconocido a nivel mundial dentro de las rocas ornamentales. Su ubicación geológica se corresponde con una estrecha banda de calizas localizada en las laderas de los montes que separan las poblaciones vizcaínas de Markina y Aulesti.
Cinco obras, cinco artistas, cinco nacionalidades que ponen a Almazán una vez más en el epicentro cultural. En palabras del alcalde Jesús Cedazo, “es un lujo recibir a artistas de este nivel y continuar trabajando para que Almazán sea un referente cultural y turístico. Apostar por el conocimiento, por el arte, por el valor de las personas y su capacidad para expresar sus sentimientos más allá de las fronteras. Todo esto, todo lo que representa como legado no hubiese sido posible sin la gran predisposición de todos los artistas que han participado en cada una de las ediciones, sin la pasión de Miguel Isla y sin la energía que impregna Esperanza Cubero”.