La Ermita de la Virgen de la Peña acogerá de nuevo, tras dos años de espera, este característico ritual declarado de Interés Turístico Nacional. Aunque esperan mucho interés por parte de sampedranos y turistas, el alcalde pide más compromiso de los vecinos para poder continuar con la tradición.
Se acerca la noche de San Juan y el mundo entero tiene la mirada ya fijada en San Pedro Manrique. Después de dos años de espera, el municipio soriano ultima orgulloso los preparativos para acoger su tradición más especial. El roble de la hoguera volverá a convertirse en ascuas, que tejerán una incandescente alfombra para que los pies descalzos de los sampedranos honren de nuevo a la Virgen de la Peña. Así es como continúan con esta tradición cuyo origen podría remontarse a un par de milenios atrás.
San Pedro Manrique se prepara para comenzar hoy mismo 4 días de fiesta con verbenas, charangas, actividades para toda la familia, procesiones, actos religiosos y reuniones que parecían impensables un par de años atrás. "Tenemos las ilusiones renovadas, la gente tiene muchas expectativas ante esta nueva época de fiestas", asegura Julián Martínez, alcalde de la localidad. Sin embargo el plato fuerte, ese anticipado Paso del Fuego para el que muchos se preparan durante toda una vida, no se servirá hasta la madrugada del 23 al 24 de junio. Y aunque ahora parezca tan cercano, la tradición estuvo a punto de no hacer su esperado regreso este año.
El responsable municipal recuerda lo facil que es encontrar pasadores, pero cómo cada año "es más dificil encontrar móndidas". Martínez lo atribuye a la dificultad, la responsabilidad y el coste económico añadido de convertirse en esta figura tan señalada en las fiestas -y en el folklore castellano-. Y es que, además de su importante papel en el momento de la tradición del Paso del Fuego en la espada de los mozos que atraviesan las ascuas, son las protagonistas del día 24 de junio, con la caballada y las cuartetas que recitan. Esta obligación escénica, para el alcalde, podría ser otra de las causas de que exista tanta reticencia por parte de las jóvenes del pueblo. "El miedo es libre y cada uno es capaz de medir sus fuerzas, pero también es importante saber buscar alternativas", aconseja Martínez.
Las fiestas de este 2022 se han salvado gracias al "cariño, arraigo, sentimiento y compromiso" tal y como declaró el propio alcalde para este medio cuando el pueblo por fin encontró sus tres móndidas. Pero Martínez cree que esta dificultad indica que existe una problemática que hay que solucionar de cara al futuro. "Habrá que hacer una reunión con los vecinos una vez acabe todo, para que la gente empiece a valorar lo que tenemos, es necesario compromiso por parte de todo el pueblo. Por encima de todo están el Paso del Fuego y las móndidas, y si no tenemos eso no va a haber fiestas", declara el responsable municipal. Aun así, el primer edil respeta la decisión de todos los vecinos y quiere centrarse, por ahora, en disfrutar de las fiestas.
Después de dos años de espera, desde el Ayuntamiento creen que la afluencia de gente va a ser considerable, fuera incluso de lo que son los actos más destacados. En este sentido, solo 3.000 afortunados podrán disfrutar del Paso del fuego, limitado por la capacidad del anfiteatro que esperan llenar igual que hicieron en 2019. Sin embargo, aquellos que se queden fuera podrán disfrutar de la tradición desde una pantalla gigante en la plaza.
Como gran amante de la fiesta y la tradición que es, la ilusión del alcalde sampedrano es que el pueblo siga implicado, ya que eso es "lo único por lo que merece la pena, por ver a todo el pueblo arropando a las móndidas en un momento tan especial". El pregón de esta tarde marcará el comienzo de una cuenta atrás que, pasito a pasito dirigirá a móndidas y pasadores de este año tan especial hacia un momento inigualable. Dentro de poco se convertirán en los personajes más importantes de una tradición milenaria que, año tras año, sitúa a San Pedro Manrique en el foco internacional.