La plaza Herradores y El Tubo quedan convertidos en auténticos estercoleros cuando acaba la música.
La noche del Domingo de Calderas ha sido dura. Los bailes se extendieron durante horas en la plaza Herradores y El Tubo y las consecuencias se hicieron patentes cuando acabó la música. Los sanjuaneros se retiraron a casa, o en busca de otras opciones de ocio, dejando estos céntricos puntos capitalinos convertidos en auténticos estercoleros.
Los restos de cientos de botellones se acumulaban en el suelo esta madrugada. Botellas de plástico vacías o a medio vaciar y miles de vasos de plástico invadían todos los alrededores. Afortunadamente, esta imagen tan solo dura unos minutos.
Más de 60 personas trabajan en un operativo especial que se encarga de dejar reluciente el centro de Soria antes de que la mayoría de los sorianos arranquen una nueva jornada, en este caso la última de las fiestas de San Juan, el Lunes de Bailas.