Primaveras y veranos con alto riesgo de incendios.
Un estudio revela un cambio sin precedentes en el régimen de incendios del continente europeo relacionado con el cambio climático. Las zonas afectadas se encuentran en el sur, centro y norte del continente, pero este cambio histórico en el régimen de incendios de Europa es más intenso en el área del Mediterráneo. El trabajo, publicado en la revista Scientific Reports, está dirigido por Jofre Carnicer, profesor de ecología de la Facultad de Biología, el Instituto de Investigación de la Biodiversidad (IRBio) de la Universidad de Barcelona y el Centro de Investigación Ecológica y Aplicaciones Forestales (CREAF).
Son autores del estudio destacados climatólogos, expertos en riesgo de incendios forestales y en ecología forestal que forman parte de un consorcio internacional de instituciones de investigación en el que participan la Universidad de Barcelona, el CREAF, el Panel Intergubernamental del Cambio Climático (IPCC), el Centro Europeo de Previsiones Meteorológicas (ECMWF), el Instituto de Investigación Medioambiental y Desarrollo Sostenible (IERSD) de Atenas, la Agencia Espacial Europea (ESRIN-ESA), la Universidad de Salento (Italia), y la Universidad de Patras (Grecia).
El estudio ha detectado veranos y primaveras con valores de riesgo de incendio sin precedentes durante los últimos años, por lo que muchas zonas de Europa meridional y del Mediterráneo alcanzan condiciones extremas y propicias al fuego. Estas condiciones adversas son cada vez más frecuentes debido al aumento de las olas de calor y la sequía hidrológica.
«Este aumento del riesgo extremo es bastante reciente y en momentos críticos supera la capacidad de extinción del fuego de las sociedades europeas, provocando mayores emisiones de CO2 asociadas al fuego en veranos extremadamente cálidos y secos», puntualiza Jofre Carnicer, primer autor del trabajo y miembro del Departamento de Biología Evolutiva, Ecología y Ciencias Ambientales de la UB.
Los bosques y los sumideros de carbono, amenazados
Por primera vez, el trabajo vincula el aumento del riesgo de incendio con un mayor número de emisiones de CO2 causadas por el fuego y medidas en observaciones de satélite por todo el continente europeo. Este fenómeno se da en la Europa mediterránea, pero también en la Europa más fría, septentrional y boreal, que posee importantes reservorios de carbono en la tundra y los bosques boreales.
Las estimaciones del riesgo de incendio basadas en datos meteorológicos y de detección por satélite de los impactos del fuego han cambiado en los últimos años. Se detecta por primera vez que el reciente aumento del riesgo de incendio por las condiciones meteorológicas se traduce en un aumento muy significativo de las emisiones de CO2 asociadas al fuego en periodos de extremo calor y riesgo de incendio en verano.
«Las zonas boscosas y montañosas del sur y centro de Europa son las áreas donde se detectan los mayores aumentos del riesgo de incendio», apunta Jofre Carnicer. «Estas zonas son grandes reservorios de carbono que estarían amenazados por el fuego, como la cordillera de los Pirineos, los macizos Ibérico y Cantábrico en España, los Alpes, el macizo central francés, los Apeninos italianos en Europa central, y las montañas de los Cárpatos, los Balcanes, el Cáucaso y el Póntico en el sureste de Europa».
El estudio proporciona también mapas continentales de riesgo de incendio actuales y predice la evolución de dicho riesgo en Europa hasta el año 2100, teniendo en cuenta la posibilidad de diferentes trayectorias de cambio climático (2 ºC, 4 ºC) y de reducción de las emisiones de CO2.
«Las conclusiones apuntan a que los regímenes de incendios pueden cambiar rápidamente en regiones de la Tierra afectadas por el cambio climático, como las zonas mediterráneas, eurosiberianas y boreales de Europa», indica Carnicer.
Claves para regular el clima
«Los aumentos más significativos del riesgo de incendio afectarán a zonas del sur de Europa que tienen bosques y sumideros de carbono que son claves para la regulación del clima», continúa el investigador. «Los bosques del continente europeo absorben anualmente cerca del 10 % de las emisiones totales de gases de efecto invernadero. En concreto, captan unos 360 millones de toneladas de CO2 al año, una cantidad superior a las emisiones de un país como España, con un valor de alrededor de 214 millones de toneladas».
El aumento del riesgo de incendio descrito en el estudio supone un reto para el desarrollo y la aplicación de la nueva Estrategia forestal europea, que propone mantener una reducción anual de al menos 310 millones de toneladas de CO2 por parte del sector forestal y agrícola en 2030 en Europa. Como consecuencia, el aumento detectado del riesgo de incendios podría poner en peligro las estrategias de descarbonización basadas en los usos del bosque y el territorio agrícola si no se adoptan estrategias de gestión forestal efectivas que disminuyan el riesgo de incendio», destaca Jofre Carnicer.
Además, el aumento del riesgo de incendio podría constituir un mecanismo de retroalimentación positiva del cambio climático, en ciclos progresivos de calentamiento, aumento del riesgo de incendio y de mayores emisiones de CO2 causadas por el fuego. En este contexto, reducir las emisiones de CO2 de forma drástica en las próximas dos décadas (2030-2040) es clave para alcanzar un menor riesgo de incendios en el futuro en Europa y globalmente», concluye el experto.
Jofre Carnicer forma parte del Panel Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) y del Consejo Nacional del Clima en España. Es uno de los autores del Sexto informe de evaluación del Grupo de Trabajo II del IPCC presentado en febrero de 2022, que revelaba los impactos del cambio climático en los ecosistemas y las sociedades a escala global, los riesgos ambientales y sociales previstos para las próximas décadas y las opciones de adaptación disponibles para reducir las consecuencias del cambio climático.
Fuente: UB/DICYT