La Consejería de Agricultura, Ganadería y Desarrollo Rural, a través del Itacyl, invertirá casi 7 millones de euros en la transformación de regadío de la zona de la Comunidad de Regantes de La Asomadilla.
Hace un año (22 de julio de 2021), el Consejo de Gobierno de Castilla y León autorizó la firma de un convenio entre la Consejería de Agricultura, Ganadería y Desarrollo Rural, a través del Instituto Tecnológico Agrario de Castilla y León (Itacyl), y la Comunidad de Regantes La Asomadilla, en la localidad soriana de Hinojosa del Campo, para las obras de transformación en regadío de esta zona, una vez realizado el proceso de concentración parcelaria.
El convenio fue formalizado, en la citada localidad, en el pasado mes de octubre, por el entonces consejero de Agricultura, Ganadería y Desarrollo Rural, Jesús Julio Carnero, y el presidente de la Comunidad de Regantes La Asomadilla, Rubén Delso. El personal técnico del Itacyl redactó el proyecto de obras y se encargará de su dirección facultativa y la coordinación de seguridad y salud. La Comunidad de Regantes La Asomadilla ha puesto a disposición del Itacyl los terrenos en los que se ubicará el proyecto para ejecutar las obras y se comprometió a asumir su mantenimiento y conservación una vez estén finalizadas.
Adjudicación de las obras
El Itacyl ha adjudicado a la UTE CYOPSA SISOCIA, S.A. – EFAMEX, S.L., por un importe de 6.906.680 euros (IVA incluido) la ejecución de las obras contenidas en el ‘Proyecto de infraestructura rural de riego en Hinojosa del Campo (Soria)’, que servirá para la transformación de regadío de la zona de la Comunidad de regantes de La Asomadilla.
El plazo de ejecución es de 24 meses y se establece un periodo para la puesta en marcha de las instalaciones de 12 meses.
Esta actuación va a permitir la puesta en riego de 497 hectáreas pertenecientes a 96 propietarios, cuyas explotaciones serán más competitivas al poder diversificar los cultivos e incrementar sus producciones mientras optimizan los costes y el uso del agua y la energía, haciendo ambientalmente sostenible este regadío.
Para la transformación del regadío se tomará el agua de los sondeos ya realizados y equipados con bombas, que lo impulsará a la balsa, de donde se surtirá a todas las parcelas incluidas en la zona. Se dotará la red de riego de los correspondientes automatismos para su manejo: contadores, válvulas, ventosas.
Las obras consistirán en el equipamiento de los seis sondeos existentes y el desarrollo de una red de riego con 13,84 kilómetros de tubería. Además, se construirá una balsa de acumulación de 67.707 metros cúbicos, se instalarán dos parques fotovoltaicos de 445 kwp. y una línea eléctrica de media tensión.
También se va a desarrollar una red de caminos de 12,1 kilómetros y una red de desagües de 14,67 kilómetros. Se colocarán instalaciones de electricidad de baja tensión y se restaurará el medio natural.
Antecedentes
En la zona que se va a realizar la transformación de regadío el Itacyl ya desarrolló obras de ejecución de sondeos, que constituyen los puntos de suministro de los recursos hídricos necesarios para atender las necesidades de la zona.
Concretamente, en la zona existía ya un primer sondeo realizado por la Consejería y que sirvió para analizar las posibilidades de recursos hídricos. En septiembre de 2019 se finalizó la obra de construcción de otros cinco sondeos, con una inversión total de 1,9 millones de euros.
Por lo tanto, actualmente existen seis sondeos con dotaciones de agua suficientes para el suministro de las necesidades de esta transformación. Las obras se ejecutaron con la clasificación de interés general dentro del Plan de Mejoras Territoriales y Obras de la zona de Concentración Parcelaria de Hinojosa del Campo II (Soria) y fue financiada íntegramente por la Junta.
Beneficios de la modernización del regadío
Las modernizaciones de regadíos tienen beneficios económicos, sociales y medio ambientales y son un claro ejemplo de actuaciones de desarrollo rural. Se ahorra de media entre un 20 y un 25 % en el uso de los recursos hídricos necesarios frente a los sistemas tradicionales y se incrementa el valor agregado bruto en las explotaciones agrícolas, en torno a un 33 % respecto al que tienen las explotaciones con regadíos tradicionales, debido a la reducción de costes y al incremento de las producciones.
En cuanto a las mejoras medioambientales, con los sistemas modernizados se reduce el uso de las energías tradicionales, ahorrando hasta un 50 % en los costes para el riego por presión y de la contaminación difusa. Se estima que se puede reducir el uso de aportes nitrogenados que provocan la contaminación difusa en cantidades de entre un 25 y un 30 %.
También se mejoran las condiciones de vida de los regantes mediante el uso de la tecnología, facilitando la incorporación de jóvenes, que es un 80 % mayor en zonas de riegos modernos que en zonas de riegos tradicionales. Con ello, se contribuye al mantenimiento de la población en el medio rural: la densidad de población en los municipios rurales es tres veces superior en los que tienen regadío que en los del secano.
Otro de los beneficios es la diversificación de cultivos, ya que el regadío permite una mayor adaptación a las condiciones de los mercados y tiene una gran sinergia con la industria agroalimentaria,