Este joven de tan solo 18 años consiguió la cuarta mejor puntuación durante las semifinales del campeonato.
El deporte soriano puede escribir en los próximos días un nuevo capítulo de oro dentro de sus libros de historia. En esta ocasión, del 8 al 13 de agosto, el patinador soriano, Héctor Díez, se desplazará hasta Gottingen (Alemania) para disputar la final de la Copa del Mundo de patinaje artístico.
De cara a esta cita, Díez llega muy preparado tras conseguir la cuarta mejor puntuación de las tres semifinales disputadas: “Estoy entrenando mañana y tarde para perfeccionar todos los movimientos y asegurar lo máximo posible. Para poder optar a lo más alto, tengo que centrarme en mí mismo, hacer todo lo mejor que pueda, ejecutar muy bien los combinados y disfrutar del momento”.
Con ese reto, este joven soriano de tan solo 18 años se marca el objetivo de “superarme a mí mismo, intentando conseguir una puntuación superior a la de las semifinales, corrigiendo mis fallos”. En ese sentido, Díez manifiesta que es posible finalizar entre los tres primeros, sin descartar incluso una medalla de oro “para la cual debería hacer todo perfecto, cosa que no es fácil en mi primer año en categoría absoluta”. Enfrente, los patinadores portugueses, argentinos e italianos serán sus principales contrincantes.
El primer paso en busca de este sueño llegará el día 10 con el viaje hasta Alemania. Posteriormente, Díez entrenará la jornada siguiente ya en territorio germano, 24 horas antes de la primera gran cita. A partir de las 18:00h del día 12, este joven soriano saltará a la pista para ejecutar en el programa corto la coreografía de la película de Robin Hood.
Un día más tarde será el momento para interpretar al Príncipe de Egipto a las 16:00h en el programa largo: “En ambos hay elementos técnicos como saltos y piruetas. En algunos de los primeros doy tres vueltas en el aire, giro y caigo bien. Además, tengo que estar pendiente de los elementos artísticos, de interpretar bien, de la velocidad y de realizar a la perfección la coreografía”.
Con esa carta de presentación, Díez se sincera y explica que prefiere un poco el largo “ya que en el corto hay muy poco margen de error, aunque al final lo único que quiero es sentir la música y disfrutar del patinaje”. Respecto a esos sentimientos, tampoco quiere olvidarse la adrenalina que siente cada vez que lleva a cabo un salto.
Tras esta Copa del Mundo, Héctor Díez todavía tiene dos pruebas de enorme calado en lo que resta de año. El Europeo de Andorra en septiembre y el Mundial de Argentina en noviembre son otros dos de los campeonatos marcados en rojo en el calendario: “Empecé a trabajar desde diciembre del curso pasado en los programas nuevos. En una temporada tan importante como esta, es fundamental comenzar a practicar pronto con la música y con los elementos nuevos, e ir integrando todo poco a poco en el conjunto”.
Con todo ello, y a pesar de ser su primer año en categoría absoluta, Díez no se pone límites y peleará durante las próximas semanas por traer una nueva medalla mundial a la provincia de Soria.