DEPORTES
Actualizado 10/08/2022 22:12:20
Pedro Lafuente

El mítico corredor soriano recuerda con Soria Noticias una de las gestas más importantes del deporte provincial.

La emoción que los sorianos sienten cuando practican o ven atletismo en la actualidad se puede comprender retrocediendo a un pasado glorioso. Si hace 48 horas se conmemoraba el 30 aniversario del oro en los JJOO de Barcelona 92 de Fermín Cacho, hoy es un día para recordar a Abel Antón.

Hace 25 años, el mítico corredor soriano se subía a los más alto del pódium de la maratón del Mundial de Atenas 97. A pesar del tiempo transcurrido, ese hecho sigue emocionando y poniendo la piel de gallina a su protagonista: “Es un acontecimiento que nunca olvidaré ya que además fue en un escenario emblemático como el Panathinaikó. Me siento muy orgulloso, aunque ha pasado tanto tiempo la prensa y la gente lo sigue recordando. Para mí es una pasada porque ser campeón del mundo no es nada fácil”. En esa mirada al pasado, Antón recuerda que fue un año maravilloso e inigualable con el campeonato por equipos y con la segunda plaza de Martín Fiz en la prueba individual.

Soria, fundamental en la preparación

No obstante, la preparación para llegar hasta ese punto comenzó mucho antes. En esa etapa, Soria fue un lugar ideal para entrenar ya que “tenía muchas zonas de cuesta y era el sitio donde más a gusto estaba y en el que más rendimiento sacaba”. Para completar esa fase, Abel Antón también se desplazó hasta Gandía para ponerse a prueba de la humedad y del calor durante 15 días.

Una vez preparado para la cita mundialista, el atleta soriano indica como fueron las horas previas: “Tenía nervios porque nunca sabes lo que puede pasar, pero sabía que tenía muchas posibilidades de hacerlo bien por cómo había entrenado y por el momento físico que atravesaba. Iba con mentalidad ganadora y tenía muy clara la táctica y los rivales con los que iba a competir”.

Una carrera muy estudiada

Aunque ya han pasado 25 años, Abel Antón sigue acordándose del transcurso de la carrera como si hubiera sido ayer. En ese sentido, el corredor local señala que empezó la dificultad después de unos diez primeros kilómetros muy llanos. En ese momento, “dos rivales se escaparon, pero yo esperé hasta el 16 cuando vi que Martín empezó a poner un ritmo más duro porque sabía que era uno de los favoritos”.

Durante ese tramo, el atleta soriano confiesa que hubo un momento de crisis por el fortísimo ritmo de su rival - uno de los mejores maratonianos en las subidas: “Sabía que tenía que aguantarle hasta que llegáramos a la bajada. Cuando llegó ese momento empecé a alargar las zancadas, me recuperé del esfuerzo y cuando quedaban 7 kilómetros para la meta sabía que era muy difícil que se me escapara el Mundial. Era más rápido para poder asestar un sprint final en los últimos 500 metros”.

Con una ejecución del plan perfecta, Abel Antón atravesó la línea de meta acordándose de todos los años que había entrenado y el esfuerzo que había llevado a cabo para conseguir algo así. En ese sentido, el atleta expresa que “siempre quieres llegar a lo más alto en ese tipo de competiciones y puedo decir que lo conseguí en dos, aunque me faltaron los Juegos Olímpicos”. Sin embargo, Antón no quiere quedarse con esa espinita y prefiere recordar “los dos mundiales logrados, títulos que han supuesto lo más grande de mi carrera”.

Por último, antes de terminar por ese paseo bañado en oro, el corredor recuerda una curiosa anécdota tras la finalización de la prueba: “En el majestuoso estadio Panathinaikó había unos túneles en donde descansaban los griegos después de la competición. Me acuerdo que allí al hacer fresquito estaban todos mis rivales tumbados y deshidratados. En cambio, yo llegue como una flor. Creo que fue la adrenalina del campeón”.

Pasado y presente

El paso de los años tampoco ha impedido a Abel Antón seguir disfrutando de su pasión. A sus 59 primaveras, el soriano siegue corriendo todos los días entre 10 y 14 kilómetros, al mismo tiempo que se mantiene muy ligado a este mundo, siendo embajador de numerosas maratones nacionales.

Con todo ello, este amante del atletismo quiere seguir promocionando un deporte que en Soria se mantiene muy presente: “Realmente es un orgullo ver a Marta Pérez y a Dani Mateo. Ya solo que consigan las mínimas para estar en los principales campeonatos internacionales es algo muy grande. Hay que dejarles hacer y todo lo que consigan será bueno para el atletismo soriano”.

De esa manera, con un vistazo al presente y con un repaso del pasado, Abel Antón sopla hoy las velas por el aniversario de un Mundial que continúo cambiando el horizonte de un deporte teñido de oro en Soria.

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