La Junta cree que sería la mejor forma de que España reduzca su dependencia energética. Carriedo señala que es “pretencioso” decir a empresas y familias cómo deben ahorrar energía. Explica que el exceso de mortalidad en Castilla y León de este año se debe a la alta edad media.
La Junta de Castilla y León, a través de su portavoz Alfonso Fernández Carriedo, pide al gobierno que reprograme su calendario para el cierre de las centrales nucleares. Es una de las medidas remitidas por el ejecutivo autonómico al central en materia de ahorro energético. Unas medidas que se basan en la no obligatoriedad de las mismas para las familias y las empresas.
Carriedo ha señalado que el sector privado “es consciente de la necesidad de reducir el gasto” no solo por solidaridad sino también porque “lo sufren en sus cuentas”. Por ello indica que “insistir en medidas restrictivas, obligatorias o sancionadoras” no es una buena idea. El portavoz de la Junta califica de pretencioso que las administraciones se crean más eficaces que las empresas a la hora de gestionar sus gastos.
Sobre las nucleares, la Junta ha pedido al gobierno “ampliar el periodo de vida útil de las centrales nucleares” y lo pide, al menos, “durante el tiempo que dure la escasez de la energía”. Una ampliación, con las garantías del Consejo de Seguridad Nacional, que la Junta solicita “hasta que podamos garantizar el 100% del abastecimiento con energías renovables” para tener mayor autonomía energética y depender menos de países como Rusia.
Sobre el aumento de la mortalidad en lo que va de año en la comunidad, Carriedo ha explicado que al tener Castilla y León una de las esperanzas de vida más altas cuando aumenta la mortalidad en términos generales en los datos de Castilla y León se notan mal. El portavoz de la Junta ha recordado que la media de vida es de 87 años entre las mujeres y de 81 entre los hombres, la segunda más alta de España. “Este es un lugar no solo muy bueno para vivir, sino para vivir mucho”, concluía.