Pese a haber pasado ya nueve días de la desaparición de la mujer, continúan indagando en la zona del Valle, toda vez que un pastor conversara con ella al día siguiente de haber abandonado a toda prisa el hospital de Santa Bárbara.
Cuando ya se cumplen nueve días de la desaparición de Teresa Ariño, los voluntarios que se han ofrecido para dar con su paradero no cejan en su empeño, aunque admiten que las fuerzas flaquean. Aún así, mantienen su esperanza de encontrar con vida a la mujer, ya que fue vista, con toda seguridad, en el término de Chavaler. De hecho, este testigo afirma haber hablado con ella, aunque esta prefirió continuar caminando.
Un grupo de más de medio centenar de personas compone esta iniciativa popular, que ahora centra su afán en la zona del Valle, sin entorpecer las investigaciones de las Fuerzas de Seguridad y con la colaboración de Cruz Roja y de Protección Civil. Las investigaciones oficiales también cuentan con un dron que revista por el aire la superficie a batir.
Tras haber rastreado las inmediaciones de la capital, las indagaciones han recorrido, además de la zona de Chavaler, otros términos pertenecientes a localidades como Tera, Rebollar y Espejo de Tera. Se trata de lugares donde existen huertas, con abundancia de árboles frutales y huertas, lo que puede servir de alimento para la desaparecida, según confían los voluntarios.
Estas mismas fuentes han significado que quizá un ataque de pánico llevó a Teresa a ocultarse, aunque se desconocen sus intenciones. Barajado el suicidio, esta hipótesis ha sido rechazada, ya que de haberse producido habría sido en las primeras horas de la desaparición, pero todo indica no fue así. De ahí que se mantiene la esperanza.
Con todo, los voluntarios continúan con su tarea a la que vez que reclaman la unión de más personas para efectuar los relevos y dar descanso a quienes están participando durante todos estos días en la búsqueda. Los puntos de encuentro para iniciar las investigaciones son, a diario, en la trasera del Caballo Blanco, en la capital, a las nueve de la mañana y las cinco de la tarde en Espejo de Tera.
Teresa mide 1,62 metros de estatura, su peso es de 51 kilos, tiene el cabello corto y canoso y utiliza gafas. A la hora de su desaparición vestía pantalón azul celeste, zapatillas y camiseta de rayas finas, azules y blancas.