Desde agosto, se han sustraído en la provincia 27 dispositivos, aprovechando que los jugadores estaban entrenando.
El fútbol provincial está siendo sacudido durante el último mes por una importante oleada de robos en los vestuarios. Durante este tiempo, el San Esteban y el C.D. San José han visto como 27 móviles de sus plantillas han sido sustraídos, aprovechando que los futbolistas estaban entrenando.
La primera víctima de estos hechos fue el cuadro sanestebeño con la desaparición de 13 móviles. “Las instalaciones las dejamos abiertas para que la gente entre a los entrenamientos. La lástima fue que tan solo estaba el primer equipo esos días. De normal, hay mucho movimiento con el resto de categorías y alguien hubiera visto algo”, explica el presidente del club, Fernando García.
Sin poder estimar a cuánto asciende la sustracción, el máximo dirigente de la entidad manifiesta que la Guardia Civil, “nos avisó una vez puesta la denuncia, y tras lo ocurrido con el San José, de que estos hechos podrían ser provocados por una banda organizada, experta en robar este tipo de dispositivos para ponerlos en el mercado”.
Con incredulidad y desconcierto por lo ocurrido, García expresa que informó por el grupo de WhatsApp de la Liga Provincial de lo que estaba ocurriendo en la zona “para evitar que más equipos se vean sacudidos por la oleada”.
De la misma manera, el C.D. San José juvenil de provincial también se vio afectado por una situación similar el pasado jueves 8 de septiembre a alrededor de las 21:00h en el San Andrés. “Calculamos que el robo de los 14 móviles asciende a 5.000 euros. Denunciamos ante la Policía Nacional y aumentamos, tanto el club como el personal de las instalaciones, las medidas de seguridad”, señala el vicepresidente, Dani Salazar.
En su caso, las autoridades encargadas de lo sucedido no han dado más detalles de la investigación, aunque desde el club piensan “que se parece mucho a lo ocurrido en San Esteban y es muy probable que se trate de una banda organizada”.
Con todo ello, a partir de ahora, se va a intentar cerrar los vestuarios en todo momento, teniendo más cuidado con todo lo que ocurre en las inmediaciones, para evitar que vuelvan a ocurrir acontecimientos tan desagradables como estos.