Las flexibilizaciones que trajo la pandemia para los veladores de bares y restaurantes desaparecen el 31 de diciembre. El principal punto de debate está en la ocupación de plazas de aparcamiento, aunque también entran en juego factores como la estética, la convivencia o el empleo.
El coronavirus trajo tres años de ‘barra libre’ a la hora de instalar terrazas en bares y restaurantes. Ahora Soria, como la mayoría de ciudades españolas, busca volver a la vieja normalidad en lo que a los veladores de la hostelería se refiere. La ciudad quiere unas terrazas más uniformes y recuperar espacios perdidos. Agrupaciones del sector piden una fórmula matemática, que tenga en cuenta factores como el empleo creado o los metros de fachada, y los vecinos un modelo de ocio y negocio que sea compatible con el descanso, la limpieza y la seguridad. Factores e intereses contrapuestos forman parte de una compleja ecuación que deberá dar como resultado una nueva ordenanza que regule las terrazas en Soria.
Los cierres de locales y las restricciones de aforo de 2020 y 2021, obligaron a España a sacar más que nunca los bares a las calles. La flexibilización en Soria llegó por tres vías: exención de la tasa de veladores; permitir terrazas en lugares donde antes estaban prohibidas; y ampliar las existentes para que, respetando aforos y distancias sociales, todos pudieran poner, al menos, el mismo número de mesas que antes de la pandemia.
Esta flexibilización tiene fecha de caducidad, el 31 de diciembre de 2022, y el Ayuntamiento trabaja en dar forma a la nueva realidad de las terrazas en Soria. Una nueva realidad que, inexorablemente, habrá de ser más restrictiva, y que se negocia con todos los grupos políticos, la Cámara de Comercio y Asohtur. “Afortunadamente, nadie plantea posiciones cerradas ni fijas”, señala la concejal de Turismo y Comercio, Yolanda Santos. En 2023, las terrazas se ‘contraerán’ y volverán a su espacio habitual, pero el punto más conflictivo tiene que ver con los nuevos espacios ocupados.
Aunque ahora parezca mentira, antes de marzo de 2020, en Soria, no existía ninguna terraza ocupando plazas de aparcamiento. Fue una medida que salvó muchos negocios y que ahora abre un nuevo debate. El Consistorio trabaja en un borrador que valorará diferentes aspectos, para decidir cuáles se podrán quedar (los menos) y cuales no (los más). Santos explica parámetros que otras ciudades están aplicando para decidir. Uno de ello es el número de plazas de aparcamiento en el barrio, para considerar el trastorno que genera. Otro, la cercanía entre los bares, para evitar crear nuevas zonas de aglomeración que molesten en barrios residenciales.
También se tendrá en cuenta el ornato. La estética es importante y, desde el Consistorio, no se descarta trabajar para buscar una cierta comodidad estética y homogeneización. “Es la imagen de la ciudad”, señala la concejal de Turismo, quien explica que las actuales ordenanzas, de hace una década, ya son “muy estrictas” con los materiales que se pueden usar o con las publicidades. En esto se fue flexible durante la pandemia, y ahora se deberá volver a controlar.
Por su parte, las asociaciones del sector reclaman un sistema lo más objetivo posible, para determinar el número de terrazas. Entre los aspectos que piden que se tengan en cuenta, está el del servicio a las mesas y el del tamaño del local y de la fachada. Este último es un elemento común en las ordenanzas de otras ciudades, y una vieja reivindicación de Asohtur para Soria, aunque no es un punto que parezca compartir el Consistorio. Sobre la creación de empleo y el servicio a las terrazas sí hay más consenso. La idea actual es bonificar, con un menor coste o con más espacio, a los bares que atiendan sus mesas. Un servicio extra, más empleo y mejor imagen de la ciudad.
El coste de poner una terraza en Soria: Según las actuales ordenanzas, cada mesa cuesta 120, 90 o 60 euros anuales, en función del ‘nivel’ de la calle en la que se encuentra.
¿Cuándo pueden estar abiertas las terrazas?: De abril a octubre hasta la 1:00, de domingo a martes; y hasta las 2:00 los viernes y sábados. El resto del año, hasta las 24:00.
Plazas de aparcamiento: La ocupación de estacionamientos fue una flexibilidad de la pandemia, aunque el Ayuntamiento no descarta que algunos se queden. En ningún caso podrán ser cerrados o fijos, y dependerá de factores como las plazas de aparcamiento o el tamaño de la acera.
Ocupación de las calles: Las terrazas se autorizan por los servicios técnicos de arquitectura del Ayuntamiento, la Policía Local y la concejalía de Turismo. Se valora el tamaño de la acera, o que se permita el paso de ambulancias y bomberos. No está permitido colocarse si se ha de cruzar la calzada.
Veladores estables: Según las actuales ordenanzas, solo se pueden poner en la plaza Jurados de Cuadrilla, en la del Vergel y en el alto del Espolón. Aunque durante la pandemia se permitió, no pueden tener mesas fuera de la estructura. Otros locales podrían reclamarlos en las nuevas ordenanzas.
El ejemplo de la plaza Herradores: Las plazas más populares tienen su propio ‘mapa de terrazas’, buscando, como opción ideal, que los bares se pongan de acuerdo en el reparto del espacio asignado por el Consistorio. Esto es lo que sucede desde hace años en la plaza Herradores.
La fachada y la terraza: En el sector, algunos cuestionan que establecimientos con pocos metros cuadrados tengan una gran ocupación del espacio público. “El negocio debe empezar por lo de dentro”, reivindican desde Asohtur. Una vieja reclamación que no parece compartir el Consistorio.
Lugares prohibidos: Aunque durante la pandemia se levantó la mano con las condiciones, algunas peticiones fueron rechazadas. Por ejemplo, a los bares de Rota de Calatañazor, la popular Zona, no se les permitió instalar terrazas. En otros sitios si se permitió, y ahora hay que tomar una decisión individualizada.