CAPITAL
Actualizado 09/11/2022 17:47:46

Las ponencias, en este año que se recuerda el centenario de su muerte, tendrán lugar mañana jueves y los días 17 y 24, a las 19.30 horas, en el Casino Círculo Amistad Numancia.

El Museo Numantino, gestionado por la Junta de Castilla y León, y la Asociación de Amigos del Museo Numantino han organizado un ciclo de tres conferencias para conmemorar la figura del marqués de Cerralbo, en este año que se conmemora el centenario de su muerte.

Enrique de Aguilera y Gamboa, XVI marqués de Cerralbo (1845 – 1922) es una figura muy importante en el inicio de la arqueología, a través de sus hallazgos en el Alto Jalón soriano y en especial por el descubrimiento de los yacimientos paleolíticos de Torralba y Ambrona.

Las conferencias se celebrarán, a partir de mañana jueves, en la sala Gaya Nuño del Casino Círculo Amistad Numancia, a las 19.30 horas. Carmen Jiménez Sanz pronunciará mañana la conferencia ‘Queriendo servir a la Patria. Enrique de Aguilera y Gamboa, XVII Marqués de Cerralbo’. El jueves 17 de noviembre Manuel Santonja Gómez disertará sobre ‘La singular aportación del Marqués de Cerralbo a la investigación del Paleolítico’ Por último, el día 24 de noviembre, Elena Heras Fernández hablará sobre ‘El Alto Jalón: de los descubrimientos del Marqués de Cerralbo a la Arqueología del siglo XXI'.

Marqués de Cerralbo

Nacido en Madrid el 8 de julio de 1845 en una familia aristocrática, tuvo una vida de gran interés en lo político y en su afición, la arqueología. Con este ciclo, el Museo Numantino se suma a la celebración que realizan otros museos, como el del Carlismo en Navarra, el provincial de Guadalajara, el Museo Nacional de Ciencias Naturales y, por supuesto, el Museo Marqués de Cerralbo.

Su vida fue activa en lo político desde su posición nobiliaria: en 1871 heredó el título de Conde de Villalobos y cuatro años más tarde el de Marques de Cerralbo tras morir su abuelo, quien le trasmitió dos grandezas de España.

Cursó sus estudios de Filosofía y Letras y Derecho en la Universidad Central de Madrid. Influido por algunos familiares, a los 24 años ingresó en el partido carlista. Lo convulso de este periodo lo llevaron al exilio en Biarritz y París en la década de los setenta. En esta última ciudad conoció al aspirante al trono, Carlos de Borbón; cuatro años más tarde, por derecho propio, fue designado senador. Los sucesivos fracasos y disensiones carlistas le llevaron a exiliarse de nuevo, ahora en Portugal. A su regreso a España abandonó la política y se dedicó intensivamente a la arqueología.

Interesante es también su pertenencia a la masonería como miembro del Gran Oriente, que le permitió intensificar sus relaciones fuera del carlismo. En su palacio madrileño se celebraron fiestas y recepciones en las que también se recibió a miembros de la Logia.

En 1871 contrajo matrimonio con Mª Manuela Inocencia Serrano, viuda de Antonio Maria del Valle, a quien la regente María Cristina había concedido el título de marqués de Villa-Huerta. Este hecho fue decisivo, pues las estancias veraniegas en su palacio en Santa Maria de Huerta facilitaron su dedicación a la arqueología en el Alto Jalón y otras zonas próximas, organizando y sufragando varias excavaciones en España. La fortuna del marqués procedía de su herencia familiar, inversiones en ferrocarriles y en la bolsa, la cría de caballos y la riqueza de su esposa.

Tras la boda mandó construir un palacio en la calle Ventura Rodríguez de Madrid, que se adornó con numerosas adquisiciones en anticuarios europeos. Este palacio madrileño es la sede del Museo Marqués de Cerralbo, cuya visita es muy recomendable.

Fue miembro de la Real Academia de la Historia desde 1908, con su discurso sobre Rodrigo Jiménez de Rada, y en 1913 ingresó en la Real Academia Española. En 1917 ingresó en la de Bellas Artes de San Fernando, aunque nunca leyó el discurso de ingreso. Fue nombrado presidente de la Comisión de Investigaciones Paleontológicas y Prehistóricas y vicepresidente de la Junta Superior de Excavaciones y Antigüedades. Fue también miembro de la Comisión de Excavaciones de Numancia, entre otras muchas responsabilidades. En otro orden, Cerralbo fue designado por el ministro de Educación como consejero en la elaboración de la ley de excavaciones.

En 1912 fue aplaudido por sus cinco volúmenes monumentales de ‘Páginas de la Historia Patria por mis excavaciones arqueológicas’ y por su trabajo en Torralba en el Congreso Internacional de Antropología y Arqueología de Ginebra; este yacimiento, y más tarde el de Ambrona, se hicieron internacionales. Figuras destacadas como Hugo Oermaier o Breuil, Dechelette, Schulten y Harlé entre otros, visitaron estos yacimientos y se alojaron en su palacio de Santa Maria de Huerta.

Antes ya había escrito ‘El Alto Jalón. Descubrimientos arqueológicos’, primera monografía celtibérica con los hallazgos del Jalón y del norte de Guadalajara.

Murió el 27 de agosto de 1922 en Madrid, a los 77 años, por una afección cardiaca. El inventario que realizó Cabré, su colaborador imprescindible, contabilizó 27.000 objetos y cerca de 10.000 libros, sobre todo de prehistoria y celtismo.

En su testamento especificó que los objetos fueran donados al Estado para que su colección sirviera “para un fin ético y sublime, para los necesitados de cultura y los amantes del arte y de la ciencia”. Algunas de las piezas procedentes de sus excavaciones se hallan en el Museo Numantino, Provincial de Soria, en el Museo Arqueológico Nacional y los importantes fondos documentales y bibliográficos en el Museo Marqués de Cerralbo en Madrid.

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