Cincuenta años después de que Ólvega se convirtiera en la potencia industrial a nivel provincial que es hoy, la localidad busca seguir creciendo y aumentando su padrón, generando más oportunidades de vivienda e impulsando su turismo.
El éxodo rural de mediados del siglo XX pasó de largo por una localidad del Moncayo. Mientras Soria se vaciaba y miles de habitantes de esta provincia dejaban su casa en busca de una estabilidad que el campo ya no podía ofrecerles, los olvegueños veían su hogar convertido en una nueva capital industrial que pudo duplicar su población casi de la noche a la mañana, y logró mantener su relevancia hasta nuestros días gracias a la estela de Emiliano Revilla, quien se ha ganado a pulso el título de héroe de la localidad.
Comenzó así a hilarse un fuerte tejido empresarial e industrial que aún sigue haciendo crecer y llenando de vida el municipio de Ólvega. Ahora, toca encontrar la forma de potenciar el que parece su único asunto pendiente, el turismo, aunque para lograrlo, su espectacular patrimonio natural está de su parte.
Las asociaciones son un punto de apoyo "imprescindible" para el Consistorio en el día a día de la localidad. Así lo afirma Elia Jiménez, alcaldesa de Ólvega. Además de mantener el pueblo vivo, se dedican a sustentar actividades solidarias como la Marcha por el Alzheimer o la Ruta de los Fósiles. "Estamos muy pendientes de ellas y cubrimos parte de sus necesidades, porque sin ellas nos sería imposible mantener ese ritmo", señala, refiriéndose a una vida social abierta para todo el pueblo. "Los puntos de origen de nuestros habitantes son cada vez más variados, pero todos se integran y forman parte de la comunidad", sen?ala. Durante el mes de diciembre, la actividad cultural se intensificará y recuperarán actividades truncadas por la pandemia como el mercado navideño, el belén viviente o la cabalgata.
"Ólvega tiene un punto estratégico que es su ubicación", destaca Jiménez, alcaldesa de una localidad en la que su población lleva décadas acostumbrada a destinar su vida laboral a este sector. Confía en que esto continúe siendo un aliciente suficiente para la implantación de nuevas empresas aunque, por ahora, parece que sí lo está siendo. Desde que comenzó la pandemia y a pesar de los ceses de actividad que esta provocó, la Niña del Moncayo ha sabido mantener su tirón y, de hecho, ha celebrado el asentamiento de dos nuevas compañías. Además, Jiménez desvela que ya se están entablando conversaciones con más empresarios.
Contando con todo ese potencial industrial, el reto del Ayuntamiento es conseguir que el pueblo siga creciendo. Una de las principales apuestas de este ejercicio ha sido la adquisición de un terreno, por valor de 180.000€, para la construcción de viviendas de alquiler. "Es lo que más demandan las personas que vienen a vivir y trabajar a Ólvega", destaca la alcaldesa. Una vez conseguido el terreno, será la Junta de Castilla y León la que se encargue de llevar a cabo las obras y completar la inversión. Ambas administraciones ya han firmado el convenio, aunque todavía se está trabajando en la elaboración del proyecto.
Además, en previsión de que las sequías sean cada vez más comunes y la población continúe aumentando, se destinarán 105.000€ a la adquisición de terrenos para la construcción de una nueva balsa para el abastecimiento de agua que adapte este servicio a la llegada de nuevos vecinos y condiciones climáticas.
Aunque los habitantes de Ólvega siguen aumentando, el Consistorio se ha propuesto que todos ellos se empadronen para que este incremento suponga también una mejora de las condiciones de todos los vecinos, y una mayor fijación de población en la localidad. Desde que comenzó el año han pasado de 3.710 a 3.851 empadronados, pero "siempre se puede seguir esperando más". Para ello, se ha puesto en marcha la tarjeta ciudadana, que ofrecerá diversos beneficios sobre los servicios y campañas municipales tan solo a los empadronados.
El turismo parece la única asignatura pendiente de este pueblo, que tiene la seguridad de contar con un inquebrantable tejido industrial. Sin embargo, la Niña del Moncayo cuenta con una situación incomparable en lo que a patrimonio natural se refiere. Por ello, el Consistorio ha optado por potenciar estos recursos y sus posibilidades en cuanto a ocio de naturaleza, para que esté abierto a todos los amantes del aire libre. "Queremos que las rutas sean accesibles, que se adapten a distintas modalidades de ocio en la naturaleza, que tengamos BTT, senderismo familiar y profesional y todo lo que pueda relacionarse con esto".
Pero los olvegueños tampoco olvidan el patrimonio arquitectónico que les define, sus ermitas románicas y en especial la de los Mártires, que conmemora 'La Segunda Numancia' su gran seña de identidad. La otra joya de la localidad, el emblemático Parque de las Escuelas, está inmerso en un proyecto que dejará un monumento renovado que seguirá encapsulando la nostalgia de los vecinos. Camino de cumplir todos los objetivos, al municipio solo le queda seguir peleando por su prosperidad y mantener la vida y la cohesión social que lo caracteriza.