La obra, financiada por el Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía, cuenta con un presupuesto de 243.000€. "Contribuye a ir mejorando poco a poco los distintos viales del municipio", asegura el alcade de la localidad.
El puente Caña sobre el río Queiles, en pleno centro neurálgico de Ágreda, sufrirá un lavado de cara gracias a la financiación obtenida del Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE) por el Ayuntamiento de la Villa de las Tres Culturas. Como parte del plan de movilidad sostenible, el proyecto incluye un cambio de pavimentación en la plaza puente Caña y calleja Cascante hasta el jardín histórico. Forma parte del Camino Escolar que une el Colegio con el Instituto, por lo que ayudará a facilitar el tránsito diario entre estos dos puntos. Las obras comenzarán en apenas un mes y tendrán un plazo de ejecución de otros 3 meses.
"Es un punto neurálgico del municipio y supone una mejora importante en la zona centro", asegura el alcalde de Ágreda, Jesús Manuel Alonso. "La obra cuenta con una inversión significativa, ya que contribuye a ir mejorando poco a poco los distintos viales de la localidad", añade.
Según el informe incluido en el propio proyecto, en la actualidad la zona se encuentra "degradada, tanto en el estado de los materiales de pavimentación como en el diseño de la plaza, que está totalmente invadida por el tráfico de vehículos, no existiendo recorrido peatonal". Esto, según recoge este mismo texto, "hace que exista confusión del peatón, que no cuenta con un itinerario claro, generándose peligro al no existir un recorrido señalado para los viandantes". Además, los cambios propuestos para solucionar estos puntos pendientes beneficiarán también a los "cada vez más numerosos ciclistas". La situación de las redes de servicios, por el contrario, se señalan como "en aceptable estado".
Por tanto, las obras "consisten en la renovación de los pavimentos y, en menor medida, la sustitución puntual o extensión de algunos de los servicios urbanos, todo ello de forma acorde al nuevo diseño de la plaza, en el que prima la presencia del peatón", conviviendo con el tráfico que se reduce "al mínimo imprescindible". Estas limitaciones que se impondran se traducen en que el paso de vehículos se limitará al paso a los garajes de residentes, vehículos de forma ocasional y actividades de carga y descarga. Para el diseño del espacio, se ha considerado la necesidad de unir el recorrido peatonal del Paseo de Invierno con la Plaza Mayor, la Presencia del río Queiles bajo el suelo de la plaza y la necesidad de conciliar los itinerarios peatonales con el tráfico rodado y se contará con una serie de aparcamientos "para situaciones en las que sea necesario".