Los proyectos precisan autorización o concesión por parte del Organismo de cuenca para la extracción de agua en las cantidades y condiciones que ese organismo determine.
La Comisión Territorial de Medio Ambiente y Urbanismo, reunida este jueves, ha informado tres proyectos de sondeo para captación de aguas subterráneas de más 120 metros de profundidad: en Rioseco, destinado al riego del campo de golf rústico; en La Riba de Escalote, para una plantación trufera; y en Hinojosa del Campo, para el abastecimiento a la población.
En los tres casos se ha informado que los proyectos no precisan tramitación de evaluación de impacto ambiental ordinaria por no tener efectos significativos sobre el medio ambiente, de acuerdo con los criterios establecidos en la legislación de impacto ambiental. En el acuerdo se recogen una serie de medidas para la correcta ejecución de los sondeos. "Estos proyectos precisan autorización o concesión por parte del Organismo de cuenca correspondiente para la extracción de agua en las cantidades y condiciones que ese organismo determine", apunta la comisión.
Explotación porcina
También se ha informado favorablemente, con condiciones, el proyecto y estudio de impacto ambiental de una explotación porcina de 2.418 plazas de cebo, en el término municipal de Monteagudo de las Vicarias.
La explotación se encuentra a la Zona de Especial Protección a las Aves (ZEPA) de Monteagudo de las Vicarías, a 3.126 m de su casco urbano. No se encuentra en zona designada como vulnerable a la contaminación de las aguas por nitratos procedentes de fuentes de origen agrícola y ganadero.
El expediente cuenta con los informes favorables de los distintos organismos y durante el periodo de información pública no se han recibido alegaciones.
Entre los condicionantes recogidos en la declaración de impacto ambiental pueden destacarse el cumplimiento y la adaptación a las mejores tecnologías disponibles para este tipo de instalaciones, aunque por el número de plazas no le sea de aplicación.
Además, aplicar criterios de ahorro y consumo eficiente de agua y energía; se adoptarán estrategias de alimentación que reduzcan el nitrógeno y el fósforo excretado; y se pondrán en práctica las mejores técnicas de gestión de estiércoles y purines, tanto en la fase de almacenamiento como durante la aplicación al terreno y si se produjeran molestias intensas a las poblaciones cercanas, se establecerá un plan de gestión de olores que contemple su eliminación o reducción.