El vicepresidente afea su “política energética suicida” y “discriminatoria con Castilla y León” y cita al tren directo Madrid-Aranda-Burgos.
El vicepresidente de la Junta de Castilla y León, Juan García-Gallardo ha pedido hoy al Gobierno central que “no frene el crecimiento de las empresas castellanas y leonesas con una política fiscal asfixiante”. Además, ha criticado su “política energética suicida" y “discriminatoria con Castilla y León” en materia de inversiones públicas e infraestructuras, citando como ejemplo el tren directo Madrid-Aranda de Duero-Burgos.
García-Gallardo ha visitado junto con el consejero de Industria, Comercio y Empleo, Mariano Veganzones, la fábrica ‘La Bureba’ de Campofrío, su mayor y más moderno centro de producción en Europa, donde cerca de 750 profesionales desempeñan su labor en el área de Producción, así como en los departamentos centrales de Calidad, I+D, Planificación y Logística, y Laboratorio.
Según un comunicado de la Junta, el vicepresidente también aprovechó este acto para insistir en “la necesidad de volver a apostar por la energía nuclear” para la obtención de energía eléctrica “segura, abundante, barata y limpia”. Asimismo, ha abogado por acabar con gravámenes como el “impuesto al plástico”, que a su juicio “suman un nuevo coste fijo a la industria agroalimentaria, entre otras, elevando el precio que acaban pagando los ya maltrechos bolsillos de los consumidores en la cesta de la compra”.
“Pedimos al Gobierno central que se una a la senda del sentido común y que abandone sus experimentos ideológicos, que están perjudicando tanto la economía empresarial y doméstica”, ha defendido.
El vicepresidente ha denunciado que “no se puede pretender frenar la despoblación de la España interior mientras se la discrimina en beneficio de los territorios gobernados por partidos separatistas”. "Hoy, más que nunca, es necesario que cuidemos a nuestra industria para mejorar nuestro bienestar económico y social”, ha recalcado.
Ha señalado que en la Junta de Castilla y León “trabajamos para que las empresas ya instaladas en nuestra tierra crezcan en tamaño y capacidad de producción, para así ir mejorando nuestros niveles de prosperidad”, y ha defendido que esto solo se consigue “facilitando la competitividad de nuestras empresas, con seguridad jurídica, simplificación administrativa, buenas infraestructuras y unas políticas fiscales y energéticas adecuadas”.
Fuente: Redacción / Ical