OPINIóN
Actualizado 14/02/2023 21:29:09
Itziar Ortega

En el mes más romántico del año, analizamos el estado del sentimiento más famoso del mundo en una edición especial de San Valentín.

Se apagan las luces de la sala y en la pantalla aparece un precioso atardecer. La cámara va bajando hasta toparse con dos jóvenes que observan los colores del cielo sentados en la playa. El chico se saca un anillo del bolsillo y, arrodillándose, se lo enseña a su amada, que entra en pánico y confiesa que se ha estado liando con su mejor amiga, justo antes de salir corriendo y hacerle ghosting durante el resto de sus días. Así podría empezar cualquier comedia romántica increíble de esas que no valoramos tanto como deberíamos. Los cuernos son la forma más interesante de empezar el desarrollo de un personaje que acaba encontrando el verdadero amor, aunque en la vida real no son tan prácticos.

Un día, Shakira 'Holmes' volvió a casa después de un largo viaje y se dio cuenta de que se les había terminado la mermelada, y al día siguiente, todo el mundo sabía que se la había comido la nueva novia de su marido. Porque en un mundo dominado por el amor líquido, estas noticias no nos sorprenden en absoluto. Zygmunt Bauman dice que en nuestra sociedad globalizada, muchas relaciones carecen de cimientos emocionales sólidos que las sustenten. Eso hace que también seamos tan rápidos para hacer juicios sobre relaciones en redes o shippear a personajes ficticios -y no tan ficticios-.

A todos nos gusta el amor y que al final de la hora y media, el chico del corazón roto acabe besando a su crush en el aeropuerto en medio de la lluvia y rodeados de lucecitas, aunque puede que hayamos asumido que formar conexiones es más fácil de lo que realmente es. La otra opción es todo lo contrario, y que ahora no queramos parar de buscar hasta dar con la persona que nos ofrezca un final de película.

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