PROVINCIA
Actualizado 18/02/2023 15:09:24
Agencias

En el conjunto de Castilla y León es la provincia donde mayor ha sido el descenso respecto a 2019.

El consumo de carburantes para automoción es un buen indicador de la marcha de la economía y revela que sigue estando por debajo de los datos de antes de la pandemia. En concreto y según la información que facilita la Corporación de Reservas Estratégicas de Productos Petrolíferos (CORES), durante 2022, en Castilla y León, una autonomía de tránsito en España para viajeros y mercancías, se repostaron 1,96 millones de toneladas de combustibles (gasolinas 98 y 95 y gasóleo A), lo que supone un descenso del 4,5 por ciento respecto a los 2,06 millones del año 2019, es decir, 92.245 menos.

Sin embargo, los datos de 2022, recogidos por Ical, mejoran las cifras de repostaje de un 2021 muy marcado todavía por las restricciones para atajar la pandemia de COVID. En concreto, pese al fuerte crecimiento de los precios de la gasolina y el gasóleo, se repostó en la Comunidad un tres por ciento más, con 57.041 toneladas por encima del dato de ese año.

Por tipo de combustibles, el consumo de gasolina 95, en consonancia con el mercado de vehículos, creció un 7,2 por ciento en comparación a 2019, hasta las 292.81 toneladas; y cayó un 25,4 por ciento el de 98, la más cara, con 14.436. El gasóleo A siguió siendo el combustible de automoción mayoritario, con un consumo en 2022 de 1.661.219 toneladas, que supone una merma respecto a antes del año COVID del seis por ciento. Si se comparan las cifras de 2022 con las de 2021, el consumo de gasolina 95 aumentó un 10,2 por ciento, y el de diésel, un dos por ciento, mientras que el de 98 se desplomó un 17 por ciento.

Por provincias, en relación a 2019, la evolución fue desigual, con crecimientos en Palencia (140.955 toneladas), del 5,4 por ciento; y en León (366.400), del 3,8 por ciento. Por el contrario, descendió en Soria (86.039), un 20,4 por ciento; en Zamora (206.408), un 10,3 por ciento; en Segovia (86.039), un 8,7 por ciento; en Ávila (104.972), un ocho por ciento; en Salamanca (292.751), un 7,6 por ciento; en Burgos (305.587), un 6,4 por ciento; y en Valladolid (337.767), un 0,2 por ciento.

En cuanto 2021, los consumos se elevaron en León (366.400), un 13,5 por ciento; en Valladolid (337.767), un 11,2 por ciento; en Burgos (305.587), un 7,7 por ciento; y en Salamanca (292.751), un 1,2 por ciento. Por el contrario, bajaron en Palencia (140.955), un 15,6 por ciento; en Segovia (127.751), un 5,6 por ciento; en Soria (86.039), un 5,3 por ciento; en Zamora (206.408), un 2,4 por ciento, y en Ávila (104.972), un 2,1 por ciento.

Agrario

Por lo que se refiere a los consumos de gasóleo B, el agrario, cabe destacar que agricultores y ganaderos consumieron el año pasado 678.255 toneladas, lo que representa un 5,9 por ciento más que en 2019. Sin embargo, en la comparativa con el ejercicio 2021, el campo repostó un 2,2 por ciento menos en Castilla y León.

El consumo de gasóleo B bajó en relación a 2019 en Zamora (66.870 toneladas), un 0,7 por ciento; y en Burgos (98.754), un 1,4 por ciento. Creció en Salamanca (79.227), un 12,4 por ciento; en Segovia (64.563), un 12 por ciento; en León (123.268), un once por ciento; en Valladolid (95.935), un 7,4 por ciento; en Ávila (46.548), un 5,7 por ciento; en Palencia (65.110), un 3,8 por ciento; y en Soria (37.979), un uno por ciento.

En comparación a 2021, sólo aumentó en Salamanca, un siete por ciento, y en León, un 0,8 por ciento; se contrajo un 8,1 por ciento en Soria; un 7,5 por ciento en Zamora; un 5,5 por ciento en Palencia; un 4,5 por ciento en Ávila; un 3,1 por ciento en Segovia; un 2,8 por ciento en Burgos; y un dos por ciento en Valladolid.

Calefacción

CORES proporciona también datos de consumo de gasóleo C, el que se utiliza para calefacciones, cuyo uso se ha restringido enormemente por la escalada de precios y su elevada contaminación. En concreto, el año 2022, se emplearon en la Comunidad, 90.343 toneladas de este tipo de combustible, lo que representa un desplome del 46,8 por ciento en comparación a las cifras de 2019; y una merma del 37 por ciento, en relación al guarismo de 2021.

Por provincias, mermó su consumo en comparación a 2019, en Soria (2.772), un 73,1 por ciento; en Ávila (3.801), un 68,8 por ciento; en Palencia (3.454), un 57,4 por ciento; en Zamora (3.641), un 55,8 por ciento; en Salamanca (13.921), un 52,6 por ciento; en Segovia (12.500), un 48,7 por ciento); en León (29.249), un 38,5 por ciento; en Valladolid (13.239), un 37,1 por ciento; y en Burgos (7.766), un 9,1 por ciento.

En relación a 2021, el consumo de gasóleo C, disminuyó un 62,4 por ciento en Ávila; un 53,1 por ciento en Soria; un 45,6 por ciento en Palencia; un 44,3 por ciento en Salamanca; un 38,1 por ciento en Zamora; un 34,8 por ciento en León; un 33,9 por ciento en Segovia; un 34,8 por ciento en León; y un 9,1 por ciento en Burgos.

Industria

Por último, el uso industrial de fuelóleo BIA alcanzó el año pasado en Castilla y León, las 27.520 toneladas, lo que representa que se disparó un 156,4 por ciento en relación al dato de consumo del año 2019; y también un 157,4 por ciento si se pone frente a la cifra del ejercicio 2021.

El consumo de este combustible bajó respecto a 2019, en Soria (12 toneladas), un 96,3 por ciento; y Segovia (259), un 22,3 por ciento; y se disparó en Zamora (6.703), un 695,3 por ciento; en Burgos (7.521), un 473,7 por ciento; y en Salamanca (2.670), un 419,6 por ciento. Además, aumentó en Palencia (6.363), un 61,1 por ciento; en León (3.154), un 57,3 por ciento; y en Valladolid (838), un 16,7 por ciento. En Ávila no aparece dato de consumo en 2022.

Por último, en comparación a 2019, bajó su consumo un 42,6 por ciento en Valladolid; un 16,6 por ciento en Segovia; y un 7,4 por ciento en Soria; y se elevó un 1.652 por ciento en Burgos; un 630 por ciento en Salamanca; un 273 por ciento en Zamora; un 54,6 por ciento en León; y un 8,1 por ciento en Palencia.

Fuente: Ical

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