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DEPORTES
Actualizado 27/02/2023 22:45:51
Pedro Lafuente

La agenda del Río Duero desde que levantó ayer a las 19:15h el título de campeones ha sido frenética. En ella, no han faltado las invitaciones, las risas o los anzuelos para que sigan la mayoría de jugadores la próxima campaña.

¿Qué hace un campeón cuando levanta un título tan importante como la Copa del Rey del Voleibol? El Río Duero lo ha tenido muy claro: disfrutar cada instante después de varios años de sufrimiento y de una Copa que ha vuelto a demostrar que Soria es la capital nacional del voleibol.

Crónica de una celebración: jugadores, cuerpo técnico y políticos

Con todo ello, en primer lugar, el equipo al completo, al cerrar el encuentro ante el CV Teruel por 3-1, saltó al centro de la pista para festejarlo con la afición. En esos momentos, las lágrimas de alegría y las sonrisas eran las tónicas dominantes en los integrantes de la plantilla y del cuerpo técnico. En esos momentos, uno de los jugadores claves en el torneo, Pelegrín Vargas, la clase hecha jugador como me gusta llamarle, solo podía recordar “todas las horas de esfuerzo y trabajo que hemos dedicado para vivir un instante que ha sido posible por la unión del grupo”. Seguidamente, sin tiempo para más, este puertorriqueño que ha enamorado a la provincia entera, se fue rápidamente con el resto de sus compañeros para aplaudir a un digno rival. Con la grada en pie, los turolenses fueron despedidos con honores de una competición en la que demostraron que están muy vivos y que siempre serán uno de los grandes de España.

Tras ese emotivo momento, llegó el turno para recoger las medallas y para que el eterno capitán, Manu Salvador, levantará una copa con la que llevaba soñando más de una década al ritmo de Tina Turner y su mítico ‘The Best’: “Me acuerdo de cuando todo esto empezó y unos locos salvaron el voleibol en Soria. Hay que recordar a los jugadores que se quedaron y a los que vinieron, cobrando muy poco, porque sin ellos estoy no hubiera sido posible”.

En la misma dirección, el receptor también quiso homenajear a su amigo, Diego Barranco. Emocionado y con dificultades para articular palabra, este manifestó que “llevaba preparando camisetas con su nombre desde hace siete años para subir a recoger el trofeo y hoy por fin he podido cumplirlo, va para ti”. Por otra parte, antes de terminar pidió que “por favor algún patrocinador dé un paso adelante y apueste por este conjunto que ha sido capaz de meter casi 3.000 personas en el Polideportivo”.

Despidiéndonos del hombre más feliz del mundo en esos instantes, había que encontrar a otro de los protagonistas y a uno de los principales artífices de todo esto. El míster, Alberto Toribio, una vez fue manteado por todos sus pupilos y dio la vuelta de honor ante una afición que le adora y que le aclamó, puso de manifiesto lo que significa esta Copa: “Soria ha dado un puñetazo encima de la mesa. Siento una emoción impresionante y me acuerdo de todos los sacrificios que hacemos por esta profesión”. Seguidamente, todavía tuvo tiempo de analizar una competición “que ha sido muy dura” y de elogiar a un MVP como Juan Pablo Moreno, sobre el que incidió en su deseo de contar con él la próxima temporada.

Dándole vía libre para que volviera con su tropa, era el momento de buscar a los políticos presentes. Entre ellos, un Carlos Martínez, entusiasmado y preparando una verbena que ha dado la vuelta a España, hizo hincapié en lo importante que ha sido este hito para la ciudad: “El club es un ejemplo de resistencia y de humildad, en definitiva, de lo que es Soria. Además, esto sirve como un revulsivo para los jóvenes y para dinamizar la vida del municipio. El deporte es uno de nuestros principales sellos de identidad”. Por su parte, el secretario de Estado para el Deporte, José Manuel Franco, señaló que “esta Copa, tan bien organizada, ha puesto de relieve que en el deporte no siempre ganan los más poderosos económicamente”, recalcando que entidades “humildes, pero grandes, como Río Duero también son capaces de vencer”.

Con él, dejando a plantilla, cuerpo técnico, directiva y organizadores que celebrasen lo conseguido, terminó un día que sirvió de antesala de lo que estaba por llegar.

Visitas institucionales

Tras una noche larga (para más de uno), el autobús oficial se ha puesto en camino esta mañana para honrar al patrón de la ciudad, San Saturio, en su ermita, mostrándole el trofeo de campeones del torneo del KO. Seguidamente, sufriendo un frío atroz, la expedición celeste ha llegado a una Diputación en la que le esperaba una enorme comitiva, encabezada por Benito Serrano. Este, ataviado con su bufanda del Río Duero, ha expuesto el mérito que tiene este título “en una provincia tan pequeña como la nuestra, aunque me ha comentado la prensa, que, teniendo al mejor entrenador de España era más sencillo”. Al terminar su discurso, el presidente del club, Alfredo Cabrerizo, ha agradecido a la institución provincial su apoyo desde el primer día para que “esto saliera adelante y para que podamos seguir llevando el nombre de Soria a todos los sitios”.

En su turno, Alberto Toribio, todavía embriagado por la emoción, ha afirmado que “esta ciudad no es cualquier sitio a la hora de hablar del voleibol”, al tiempo que ha deseado que “se queden todos los jugadores de cara a la próxima campaña”. Por último, Manu Salvador, ha tomado la palabra, subrayando lo esenciales que son las ayudas institucionales, antes de poner rumbo hacia un Ayuntamiento en el que también ejerce como concejal de deportes. Allí, Mínguez, ha insistido en que este equipo “personifica a la perfección lo que significa la defensa numantina”, mientras un tiburón llamado Juan Pablo Moreno le ha preguntado por “¿cómo va el tema de la verbena?”. Entre risas, el máximo dirigente del Río Duero, poniendo cordura, ha puesto en contexto todo lo vivido: “35 temporadas consecutivas en la élite son mucho más importantes que cuatro copas. No obstante, esto es algo increíble. No podemos competir con presupuestos como el de Guaguas, pero al final el dinero no es todo y el título se ha quedado en un sitio al que nadie le va a ganar en cuanto a ganas de trabajar”.

Con todo ello, todavía faltaba por visitar una Delegación de la Junta de Castilla y León en la que esperaba Yolanda de Gregorio. La representante autonómica ha explicado a los jugadores cómo vivió la final y la manera en la que las administraciones “debemos continuar apoyándoos, porque no todo es fútbol”. A tal efecto, esta, totalmente entusiasmada, ha querido transmitir la invitación del presidente de la Junta de Castilla y León, Fernández Mañueco, para que todos visiten las Cortés Autonómicas, “ya que el se sintió super orgulloso de lo que hicisteis, no parando de hablarme durante todo el encuentro”.

De esa forma, entre risas y con mucha hambre, el Río Duero ha cerrado una agenda que le ha tenido ocupado durante toda la mañana. Con todo ello, han concluido un capítulo de un diario de campeones que esperan poder ampliar en unos pocos meses, tratando de ganar una Superliga, que, a pesar de ser muy complicada, han demostrado que no es imposible. Independientemente de ello, ahora toca disfrutar de unos días libres, más que merecidos por todos los protagonistas de esta bonita historia.

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