Atrás queda la borrasca Juliett, que sorprendía a propios y a ajenos en el este de la provincia. La nieve, que quiso ser generosa, sigue, bajo un cielo de girones y deshilachados horizontes, abrigando cunetas y alimentando suelos y riscos. Azules efímeros, concretos, que dan paso a unos días, los de esta semana, que esquivarán al sol, aunque el suelo, siempre cierto y certero, sabe soportar y recibir este regalo, el agua, que siempre es bienvenido. La vida, sin más, en la 'Rinconada' de Soria.