GO-RESINLAB hace seguimiento en diferentes lugares del país, incluyendo a Soria, para conocer los parámetros fisiológicos de los pinos con el fin de ahondar en la rentabilidad de este aprovechamiento forestal.
El Grupo Operativo RESINLAB (GO-RESINLAB) ha trazado las líneas por las que se debe continuar a investigar para asegurar la sostenibilidad producción de la resina en distintos escenarios climáticos considerando el comportamiento fisiológico del pino.
Con el objetivo de conocer cómo pueden afectar diferentes variables fisiológicas de un árbol y los parámetros climáticos en la producción de la resina y su optimización; 15 pinos (Pinus pinaster) localizados en Tardelcuende, Gata (Cáceres), Cobeta (Guadalajara) y Huerta del Marquesado (Cuenca), que forman parte de las parcelas 'laboratorio' del Grupo Operativo RESINLAB, fueron monitoreados en la campaña de resinación de 2022 con varios sensores. Estos dispositivos midieron parámetros fisiológicos del árbol como su crecimiento diametral, flujo de savia, índice de verdor NDVI (relacionado con el estado sanitario y capacidad fotosintética de la copa); presión de exudación de resina dentro del árbol; y parámetros climáticos como son temperatura, humedad relativa del aire y humedad del suelo.
Este tipo de experimentos son fundamentales para la sostenibilidad y la rentabilidad de la actividad forestal, ya que permiten entender las respuestas de las masas forestales o los individuos a los cambios que se producen en el medio. “En estos ensayos lo que hemos hecho es trazar tan sólo las líneas por las que parece que se debe continuar”, aclara Aída Rodríguez, coordinadora de GO-RESINLAB y coordinadora de proyectos en CESEFOR.
Estos ensayos fueron llevados a cabo por la Universidad Politécnica de Madrid junto con los resineros responsables de cada parcela de ensayo con la colaboración de CESEFOR, coordinador del proyecto, y de la Universidad de Castilla la Mancha.
“Con esta modelización buscábamos ajustar las distintas variables del aprovechamiento resinero como la duración de la campaña o el periodo entre picas, la situación fisiológica de la planta optimizando los rendimientos y controlando el nivel de estrés al que se encuentra sometida la misma, y asegurando en última instancia el buen estado de la masa y sostenibilidad del aprovechamiento” explica Rosana López Rodríguez, investigadora de la Universidad Politécnica de Madrid que ha trabajado en estos ensayos.
Presión y exudación de la resina
Los estudios concluyen que la presión de exudación de resina está muy determinada por el contenido hídrico en el suelo a nivel estacional. Es decir, tras un periodo de sequía muy acentuada con altas temperaturas durante el verano de 2022, las tormentas y lluvias más frecuentes a partir de septiembre, incrementaron la presión de resina dentro del árbol. “Lo cual tiene lógica en ambientes mediterráneos donde el factor limitante para muchas variables fisiológicas de los árboles es la disponibilidad hídrica más que la temperatura”, expone Roberto Salomón, quien también forma parte del grupo de investigadores de la Universidad Politécnica de Madrid participe del estudio.
Reduciendo la resolución temporal de este estudio a las variaciones que se encuentran a lo largo de un día, han concluido que, en las horas centrales del día, en las que se alcanzan las temperaturas más elevadas, se alcanzan también los valores mayores de presión de resina dentro del árbol, mientras que, durante la noche, a medida que bajan las temperaturas, también lo hace la presión de resina. Este comportamiento está probablemente causado por la variación en la viscosidad de la resina con la temperatura.
“En cuanto a las variables fisiológicas de flujo de savia, variaciones de diámetro e índice de verdor de la copa, los resultados no son de gran calidad, debido a las problemáticas metodológicas encontradas con los sensores”, según exponen. No obstante, se observa en general un patrón de disminución del flujo de savia a medida que avanza el año, así como de índice de “verdor” de la copa y crecimiento nulo o incluso negativo que podría indicar una contracción neta de los árboles debido al déficit hídrico sufrido durante un verano con frecuentes olas de calor y muy pocas tormentas.
Con todo ello, Roberto Salomón expone que, con el bajo número de observaciones que han tenido y el periodo tan corto de ensayo, “no existen unas correlaciones consistentes, por lo que concluimos que no se puede establecer un patrón universal de relación de producción de resina con relaciones climáticas pues hay mucha variabilidad entre las parcelas. Y respecto a las variables fisiológicas respecto a la producción de resina tampoco encontramos correlaciones consistentes”.
Aunque en el estudio sus investigadores reportan problemas en el retraso del suministro de sensores y la calidad mejorable de los mismos, ya que son muy nuevos y hubiera sido necesario más tiempo para ponerlos a punto; los problemas detectados aseguran que son normales cuando se trata de instalar en campo sensores de este tipo que miden en continuo.