En esta ocasión, nos trasladamos hasta El Burgo de Osma y Ciudad de Osma para viajar en el tiempo y contemplar restos de civilizaciones antiguas. En ese sentido, presenciaremos un rollo de justicia, un acueducto romano o una atalaya árabe, además de las ruinas de Uxama o el imperial castillo de la localidad. Junto a todo ello, la naturaleza también será protagonista con los ríos Ucero y Abión. Con esta carta de presentación, ¿nos acompañas en una nueva expedición de Soria Noticias?
Desafiando al frío, nos atamos bien las botas para comenzar una nueva ruta en dirección a El Burgo de Osma y a la Ciudad de Osma. De esa manera, para llegar a nuestro punto de partida, saliendo desde Soria capital, utilizamos la A-11 y la N-122 a lo largo de 56 kilómetros. No obstante, antes de arrancar es imprescindible colocar en el maletero los palos de andar, la ropa de abrigo, una botella de agua y una cámara de fotos.
Con todo ello, después de conducir durante 40 minutos, alcanzamos nuestro destino. En este caso, aparcaremos en la plaza de Toros de la localidad soriana. Desde ahí, callejearemos por las principales calles, pasando por la plaza Mayor, lugar en el que se encuentra el Ayuntamiento, y por la catedral de la Asunción. Quedándonos perplejos por la majestuosidad de este templo gótico, que cuenta también con elementos de otros estilos y que es una de las sedes españolas de diócesis más antiguas del panorama nacional, nos encaminamos hacia el comienzo de nuestra excursión.
Saliendo desde el paseo de la Carretera de la Rasa, fijamos nuestros pasos por los márgenes del Río Ucero. En este oasis de paz y tranquilidad pronto nos toparemos con el puente de origen romano de Osma, de enorme belleza -también se le conoce como Torre del Agua-. Cruzándolo, nos dirigimos hacia la Ciudad de Osma en la que nos recibe la iglesia de Santa Cristina, con su portada renacentista y con los restos de la santa en su interior. Atravesando las calles del pueblo, alcanzamos un camino agrícola, conocido popularmente como Las Eras, en el que nos toparemos con un rollo de justicia. Esta columna, de piedra alargada y rematada por una cruz, servía para castigar a los delincuentes en el pasado, exponiéndolos públicamente para que sintieran vergüenza (en la mayoría de localidades se levantaba en la plaza Mayor).
Tras esta explicación histórica, al pie del Cerro de Castro, lugar en el que nos encontramos rodeados de roquedos y de restos de caminos romanos y de canalizaciones de agua, continuamos con nuestros guías, Ángel Campos y Manolo Ciria, hasta el Mirador de Uxama, ubicación desde la que tenemos unas vistas impresionantes y en la que conocemos un acueducto romano subterráneo, que se encuentra vallado.
Sin perder el ritmo, seguimos para desembocar, coronando el cerro, en unas ruinas de Uxama que datan del siglo IV a.C., erigiéndose como un asentamiento celtibérico. Posteriormente, en el siglo I, el municipio, con la romanización, creció, contando incluso con una red de abastecimiento de aguas. En la actualidad, se han excavado restos del foro de la ciudad, en el que se asentaban los edificios principales y en el que convergían todas las calles. Manteniéndonos por el mismo camino, ponemos nuestro objetivo en encontrar la atalaya árabe de Uxama.
Esta torre de vigilancia, situada en un punto estratégico, servía para observar y vigilar militarmente a los posibles enemigos de la zona. En este caso, nosotros no tenemos suerte y no podemos entrar en ella, ya que la puerta, una vez subimos las escaleras, estaba cerrada. No obstante, esto no impide que disfrutemos de una panorámica excepcional desde la que podemos contemplar Osma, el Burgo de Osma, el valle del Ucero hacia el Duero y el valle del Abión. Después de este deleite para nuestros sentidos, bajamos por unos pedruscos, atravesando la carretera de La Rasa, hasta las orillas de un río Ucero que marcha muy caudaloso y que cruzamos a través el puente de La Güera.
A continuación, subimos varias cuestas para encaminarnos hacia la fortaleza de Osma. Antes de llegar a esta, pasamos por una necrópolis, hallada hace poco por los arqueólogos, que contiene unos 25 cuerpos. Dejándola atrás, el castillo nos da la bienvenida, mostrándonos lo que se conserva de una de las joyas de este tipo más antiguas, levantadas por los reinos hispanos medievales. El rey Ramiro II de León mandó que se construyera en el año 930. El recorrido que realizamos por él es muy cómodo, ya que cuenta con numerosas pasarelas que nos permiten acceder a diferentes zonas que están explicadas a través de paneles informativos que nos viene muy bien para conocer más cosas de su historia.
Al terminar esta visita y concluyendo nuestra aventura, observamos desde más cerca el río Abión, al tiempo que descendemos para adentrarnos en un sosegado paseo a las orillas del Ucero que nos devuelve al Burgo de Osma, retrocediendo sobre nuestros pasos para completar una ruta de unos 11,5 kilómetros. Con todo ello, nos despedimos de una expedición que nos ha dado la posibilidad de conocer numerosas anécdotas sobre diversas culturas existentes en nuestra provincia, recordando que si todavía te has quedado con ganas de más, tan solo tienes que acceder a la sección Rutas de Soria Noticias. Más de 100 aventuras te esperan para que puedas realizarlas con nuestros consejos, acompañado de amigos o familiares. Además, la página web, ‘Soria Ni Te La Imaginas’, de la Diputación provincial, te muestra otros tesoros de la geografía soriana que merecen ser conocidos. De esa manera, nos despedimos hasta el próximo periódico del mes de abril.