23 años no son nada para un equipo que se define como “una familia más allá de los terrenos de juego”. Con una estructura cada vez mayor, el club tiene entre ceja y ceja mantener esta pasión viva en la provincia, al mismo tiempo que busca mejorar resultados deportivos.
Hablar de rugby en Soria es hablar de los ‘Hermanines’ del Ingenieros -apelativo cariñoso con el que se llaman los jugadores tanto dentro como fuera del campo-. Superando dificultades de todo tipo, estos valientes han logrado mantener un club que cumple 23 años de historia esta temporada. En esa dirección, el multifunciones de la entidad, que ejerce como presidente, entrenador y jugador, Ángel Alonso, explica las claves para poder continuar al pie del cañón. “La ilusión es fundamental. Hemos pasado de ser últimos y de parar una temporada por la pandemia, a finalizar terceros el curso anterior y a luchar este año por meternos en la final. Echando una mano y sacrificando tiempo de nuestras vidas hemos logrado estos hitos”, dice.
Al igual que este, dos pesos pesados del vestuario, David De Miguel y Miguel Ángel Lázaro, manifiestan todo lo que significa para ellos este combinado. A tal efecto, ambos indican que “nos aporta una vida muy gratificante, enseñándonos desde que empezamos (llevan 19 y 10 años, respectivamente) a darlo todo por los compañeros y a no rendirnos nunca”. De la misma manera, los dos integrantes de la primera plantilla se emocional al recordar sus inicios, rememorando los encuentros en Almajano y los entrenamientos en el campo de tierra del San Andrés: “Al final se ha creado una base y debemos ir creciendo desde la escuela. Ahora contamos con el conjunto masculino, el femenino y con unos cuantos chicos en la cantera. Es de mérito que hayamos podido seguir con este equipo, mientras otras provincias más grandes han visto como sus representantes han desaparecido”.
De esa forma, atrayendo a numerosos estudiantes de los grados de cafyd, fisio y forestal de la UVa, han superado los 80 jugadores entre las dos escuadras absolutas y la cantera. Respecto a esta, Alonso incide en que “ojalá podamos acudir a los colegios a promocionar este deporte minoritario”, mientras que De Miguel recalca que “cuando no hay cartera hay que trabajar con más ahínco las categorías base”.
Con todo ello, los deportistas del Ingenieros miran al futuro con optimismo y con el sueño de levantar el trofeo de campeones de la Primera Regional Aragonesa, reto que este año no podrá ser, ya que finalizaron cuartos, quedándose fuera de las dos primeras plazas que dan acceso a disputar la final.
“Nuestro reto es superar la tercera plaza de hace un año. Además, el meternos a la final sería un colofón que igualaría momentos como la campaña que finalizamos segundos o cuando gané el campeonato como entrenador de las chicas. En definitiva, sería un fin de fiesta espectacular que recompensaría todo el frío que hemos pasado”, apunta De Miguel, a la vez que Lázaro indica que “pondría de manifiesto la progresión que hemos ido llevando a cabo, saliendo a la luz todo nuestro esfuerzo del día al día”.
Por su parte, Ángel Alonso no se puede llegar a imaginar ese instante después de tantas temporadas buscándolo. No obstante, en caso de conseguirlo en el futuro, certificar el ascenso a División de Honor B sería muy complicado por los requisitos que solicitan los organizadores de la competición: “Nos lo plantearíamos, pero el tema económico sería un hándicap. También necesitaríamos un segundo equipo, cosa que a día de hoy no tenemos y que no veo cerca de crear en estos momentos. A pesar de ello, analizaríamos todo e intentaríamos apurar las posibilidades hasta el final”.
Nuestros tres protagonistas inciden en que, a pesar de las temperaturas y de los horarios, alrededor de 100 fieles bajan a cada encuentro para llevarlos en volandas al Antiguo Estadio de Los Pajaritos. “Nuestros familiares y amigos nunca fallan. En la ciudad también hay amantes a este deporte que vienen, independientemente de que no tengan relación con el club. Es un lujazo poder contar con todos ellos y con unas instalaciones como las que tenemos. ¡Las gradas son inmensas!”, aseveran.
Con las cosas tan claras, el Ingenieros demuestra semana a semana que 23 años no son nada y que quieren seguir dando mucha guerra. “Solo pensamos en continuar existiendo y en seguir representando a Soria de la mejor manera posible en todos los lugares en los que compitamos”, aseguran unos Alonso, De Miguel y Lázaro que quieren brindar a la provincia un título de liga, que sería histórico a todos los niveles