El buen funcionamiento de las participadas, en el sector de las renovables, eleva el beneficio a 14M€, un 34% que en 2022. La expansión suma ya 24 oficinas fuera de Soria donde “buscar rentabilizar el exceso de ahorro de los sorianos”. Con 30 convenios con entidades, 2 oficinas móviles y la financiación a los emprendedores Caja Rural demuestra su compromiso con el empleo y la sociedad soriana.
Caja Rural de Soria logró un beneficio neto de 14.186.000 euros en 2022. Una cifra que supone un incremento del 34% con respecto al pasado ejercicio. El crecimiento de la Caja se ve reflejado en el aumento de su cuota de mercado en cuanto a la inversión (el 54%) y a los depósitos (ya más del 40%). Estos son los principales resultados del ejercicio 2022 que Caja Rural de Soria ha presentado hoy.
Los datos consolidados de este ejercicio dejan la morosidad en el 2,56%, un descenso de 0,41, los recursos de clientes en 2.484M€, un aumento cercano al 5%, y la inversión de clientes en 1.484M€, casi un 12% más. Durante 2022, Caja Rural pagó casi 2 millones de euros en impuestos. Su nivel de solvencia alcanzó el 16.53%, muy por encima del 11,58% que requiere el Banco de España, hasta los 180M€ de recursos propios.
El director general, Domingo Barca, ha explicado que los pronósticos de 2022 se vieron mejorados gracias al aumento de los tipos de interés, aunque el notable aumento de los beneficios se debe, en gran parte, a las empresas participadas de Caja Rural. “Acertamos de lleno con el sector de las renovables”, explica Carlos Martínez.
El presidente de Caja Rural de Soria señala que estos buenos resultados económicos permiten mantener “una parte social que está más que demostrada” y que se traslada en más de 30 convenios de colaboración con entidades sociales, deportivas o culturales. “Los mejores resultados de la historia de la Caja” permiten también luchar contra la exclusión financiera.
Con 36 oficinas en la provincia, Caja Rural tiene más de la mitad de las oficinas bancarias abiertas en Soria. Además, cuenta con otras dos oficinas móviles que dan servicio a toda la provincia, en pueblos de hasta 40 habitantes censados. Unas oficinas móviles que llegan a 50 localidades y que son costosas económicamente, pero “muy rentables a nivel social” pues permiten dar servicio a los socios que hicieron grande a la Caja.
También en el marco de su lucha por la inclusión financiera Caja Rural acaba de firmar un convenio de colaboración con la Junta de Castilla y León para instalar en su Casa del Agricultor un espacio para dar educación financiera tanto a personas mayores como a la comunidad educativa. “Es algo que han solicitado nuestros grupos de interés”, reconocía Carlos Martínez.
Además, Caja Rural se ha lanzado de lleno a la formación de sus clientes para evitar fraudes. Los estafadores “tienen mucha creatividad”, avisan, y por eso recuerda a sus clientes que “bajo ningún conceto Caja Rural va a pedir a ningún cliente sus claves por un mensaje”. Por ello les piden aumentar las precauciones y, en caso de duda, “asegurarse con su empleado de confianza o en las oficinas”.
“Apoyamos (a los emprendedores y empresarios) e invertimos más que el resto de agentes financieros de la provincia juntos”, resume Carlos Martínez. El presidente de la Caja renueva así su oferta para que todo el que tenga un proyecto que sacar adelante en la provincia cuente con la entidad financiera.
En este sentido es optimista y cree que “se está creando el clima” para la instalación de pequeñas y medianas empresas en Soria. Junto a las posibilidades para financiar la inversión que aporta la Caja, Carlos Martínez destaca las infraestructuras logísticas y el suelo barato como las claves para lograr mayor dinamismo económico.
Si reconoce el máximo responsable de la Caja que para la instalación de empresas más grandes hay otros problemas. Uno, por contraintuitivo que parezca, es la ausencia de parados. “En Soria por no tener no tenemos ni paro”, lamenta ya que las grandes empresas necesitan una masa laboral importante para instalarse.
“Ha sido la expansión la que nos ha permitido invertir y obtener estos resultados”, destaca Domingo Barca. Una expansión “con cautela y rigor” que permita buscar “el negocio donde lo hay” y que se traduce en 7 nuevas oficinas en los últimos 3 años. De ellas, 2 se han abierto en Valladolid (para sumar un total de 6) y 5 en Madrid (donde tiene 7). Además, cuenta con 3 oficinas en Zaragoza, 2 en Guadalajara y 6 en La Rioja. A ellas se suman las 36 oficinas de la provincia de Soria, las 11 agencias y las 2 bancas móviles.
Las empresas participadas se han convertido en los últimos años en la joya de la corona de Caja Rural de Soria. Una forma de apoyar la creación de empleo en la provincia que ha salido especialmente bien gracias al acierto de apostar por las energías renovables. Conjuntamente con las grandes eléctricas del país como Iberdrola o Endesa, Caja Rural ha creado 3 nuevas participadas este año.
Una de ellas, de la mano con Naturgy ha permitido crear en Almazán la primera empresa española de reciclaje integral de parques eólicos creando medio centenar de empleos. “No tenemos una vocación de aglutinar empresas en torno a la Caja”, señala Carlos Martínez, “pero sí de colaborar con iniciativas que generan riqueza y empleo en la provincia de Soria”.