La Comisión se reúne de forma extraordinaria para analizar la primera fase del proyecto de recuperación del Palacio, que implica su demolición y posterior sustitución para evitar un derrumbe involuntario.
La Comisión Territorial de Patrimonio Cultural, reunida de forma extraordinaria en la mañana de hoy bajo la presidencia de la delegada territorial, Yolanda de Gregorio, ha autorizado el proyecto para la recuperación, sustitución y consolidación del edificio principal del antiguo Palacio de los Marqueses de Berlanga, promovido por el Ayuntamiento de Berlanga de Duero.
Se trata de la primera fase de actuación de un total de tres, que pretenden una restitución de la parte principal del edificio. El ámbito de la intervención se desarrolla sobre el eje longitudinal del Palacio, desde la Torre del Norte hasta la denominada Torre del Sur, con la fachada principal como elemento arquitectónico más importante del conjunto y abarcando transversalmente la primera crujía del inmueble primitivo, de forma que permita recuperar los espacios originales y en su conjunto sirva de refugio y apoyo a las fábricas murales más afectadas desde su destrucción.
Esta primera fase comprende el derribo de la antigua sala de cine y dependencias anexas, debido a su mal estado y al perjuicio que pueden provocar a la estabilidad de la fachada. El proyecto prevé consolidar los muros de la construcción adosada existente en el nivel inferior, dejando entre ambos una huella o rehundido para su visualización, pero manteniendo el acabado del primitivo con piedra desconcertada y enrasado de mortero de cal a la planeidad del paramento vertical.
Este espacio está destinado a albergar la zona de aseos, así como el núcleo de comunicación de todo el conjunto, incluyendo un ascensor.
Patrimonio ha aprobado estas actuaciones porque el vaciado y derribo controlado de la construcción anexa es un proyecto necesario dado que un derrumbe involuntario podría afectar a la estabilidad de la fachada.
Para el desarrollo de siguientes fases, ha señalado la Comisión, se deberá presentar un proyecto en conjunto que, aunque esté desarrollado por diferentes administraciones o técnicos, plantee soluciones de integración de los elementos contiguos. No solo con el resto de las dependencias del palacio, sino también con el área de jardines y, si algún día se pudiese recuperar el espacio, las huertas, sus mecanismos de riego u otros restos arqueológicos vinculados al palacio y castillo, de forma que el resultado final ofrezca una lectura única de todo el conjunto.
Además, también se ha establecido como requisito la realización de un estudio colorimétrico de los revestimientos que quedan en la fachada posterior para conocer qué acabados pudieron llegar a tener las dependencias adosadas a la fachada en diferentes momentos del palacio, así como la obligación de llevar a cabo una lectura de paramentos en toda intervención que se haga y de someter el Proyecto de Ejecución a aprobación por parte de la Comisión de Patrimonio.
Siguientes fases
La segunda fase de este proyecto prevé completar el volumen de la primera crujía adosada a la fachada con un tratamiento diferente, formado por una fachada ligera constituida por piezas verticales de madera, piedra exterior o metal y un acristalamiento que asegure la inercia térmica del interior.
El objetivo es que los restos arqueológicos puedan ser observados, a la vez que se mantiene un acondicionamiento térmico del interior. El nuevo volumen se prolongará hasta la Torre Sur, restituyéndola hasta el encuentro con la fábrica original. Por la parte trasera, se producirá una cesura para unir el cuerpo principal con la torre mediante algunas variaciones espaciales que hagan posible la identificación de las ruinas y los elementos arquitectónicos conservados.
La apertura de los huecos en la nueva fachada se planteará considerando la luminosidad interior y las vistas, así como la valoración de los espacios que acogen la planta baja y la planta principal. Además, se prevé también la reconstrucción del resto de la cubierta de la primera crujía.
En cuanto a la tercera fase, se llevará a cabo la puesta en valor de la ruina y los restos arqueológicos del Palacio, entre los que se incluyen el patio, la loga o las dependencias. Esta actuación perseguirá alcanzar los niveles arqueológicos para poner al descubierto los pavimentos y particiones interiores, de forma que la estructura general del palacio quede patente y se permita una lectura uniforme de la organización del conjunto.