El sindicato denuncia la “sobrecarga” del profesorado, “desbordado por la burocracia normativa”, con la evaluación por competencias de la nueva ley.
La Central Sindical Independiente y de Funcionarios (CSIF) anunció este domingo su intención de recabar firmas en los centros docentes de la Comunidad para exigir a la Consejería de Educación que implemente las medidas adecuadas para apoyar y, sobre todo, “simplificar” la tarea de evaluación, a un profesorado “totalmente desbordado por el galimatías” que, en sus palabras, ha generado la implantación de la Lomloe, y que resulta “insoportable”, sin que tenga convencimiento de que implique “una mejora en el sistema educativo”.
Según CSIF, la LOMLOE ha supuesto un aumento “exponencial” de la burocracia en los centros educativos. Además, desde el primer momento, el “retraso” en la publicación de la normativa de desarrollo de la nueva ley educativa, tanto a nivel nacional como autonómico, ha abocado a un curso escolar que, según el sindicato, “se ha convertido en una carrera de obstáculos para el profesorado, hastiado del trabajo burocrático de continuos cambios legales sin base profesional”.
Así, durante los dos primeros trimestres, los equipos directivos y el profesorado se han visto obligados a remodelar unas programaciones didácticas donde se incluye toda la planificación educativa. “Para mayor complicación, si cabe, el currículo de los cursos impares se basa en normativa Lomloe, mientras que en los cursos pares sigue vigente el currículo de la anterior ley educativa, la Lomce”, señaló el sindicato.
Además, CSIF añadió que no ha sido hasta el final del segundo trimestre cuando se ha exigido la entrega de estas programaciones, adaptadas, no a un nuevo currículum, sino a todo un nuevo sistema pedagógico en el que “la prioridad” ya no son tanto los contenidos como las denominadas competencias clave.
CSIF denuncio, por lo tanto, que “la inmensa mayoría del profesorado no ha recibido una formación adecuada” y que se ha “multiplicado” el número de conceptos didácticos a tener en cuenta en la evaluación. “Todo ello condiciona tanto la pedagogía hasta ahora vigente, como el desarrollo de los procesos de enseñanza y aprendizaje, sin que implique mejora en la formación del alumnado”, valoró la organización.
“El nuevo sistema de evaluación ha pasado a ser doble. Por un lado, el profesorado tiene que realizar una evaluación de su materia mediante el nuevo sistema, con multitud de criterios que relegan a los tradicionales contenidos; y por otro, y más novedoso, tienen que realizar de forma cooperativa la denominada evaluación competencial”, resumió CSIF.
Precisamente, este último tipo de evaluación está suponiendo “un verdadero quebradero de cabeza” para los equipos docentes, que tienen que hacer frente a un sistema evaluador de ocho competencias clave, que cuenta con 34 descriptores operativos del que participan todas las especialidades. Es decir, “un tremendo lío y un caos”.
CSIF lamentó que todo este sistema está provocando la “extenuación” de un profesorado “al que no se le ha facilitado ni la formación ni las herramientas adecuadas”. Cada estudiante deberá ser evaluado no solo de las materias correspondientes a su curso escolar, como era tradicional, sino de las ya mencionadas competencias y descriptores, que convertirán las sesiones de evaluación final en “una auténtica maratón insufrible”.
Por todo ello, CSIF inicia una campaña de recogida de firmas que puede hacerse presencial o mediante su web y redes sociales, en la que exige la “máxima flexibilidad” en la evaluación de este curso y “formación real” en los centros, con la dotación de los recursos necesarios que faciliten este sistema de evaluación.