Cuando se mete en la piscina de La Juventud de Soria se olvida de todo lo demás, dejando a un lado todos los problemas diarios. Con un amor especial por este deporte, la nadadora sueña con llegar a las Paralimpiadas de París 2024.
Con cinco años, Desirée Moreno se enamoró de la natación. A pesar de nacer con una patología grave que le afectó a su movilidad (aunque no le ha impedido hacer una vida normal), vio en la piscina una forma de liberarse y de mejorar en todos los aspectos: “Comencé por salud, luego se convirtió en un hobby y ahora es una motivación para competir y cumplir metas”. En esa evolución, hace año y medio apareció en su vida una persona que en estos momentos es indispensable para ella: su entrenadora Laura Martín.
Con cuatro entrenamientos por semana en la piscina del Polideportivo de La Juventud, que duran entre hora y hora y media, la nadadora soriana no ha parado de mejorar gracias a las indicaciones de una persona que considera su amiga. En ese sentido, Moreno recalca la confianza y el respeto existentes entre ambas, “conociendo a la perfección mis debilidades, siendo consciente de lo que me pasa en ciertos días, teniéndolo en cuenta para la sesión”.
Por su parte, Martín, mostrándose muy orgullosa de la amistad con su pupila, expresa que en estos casos “es fundamental descubrir sus miedos e inseguridades para conectar, y para preparar unos ejercicios acordes con sus características". En esa dirección, manifiesta que vivir en una ciudad como Soria es fantástico, “ya que enseguida puedes quedar, favoreciendo la conexión que tenemos”.
De esa forma, este dueto, que forma parte del club Impulso Global de Ólvega, -ya que en Soria no existe una entidad para nadadores paralímpicos- se sumergió, nunca mejor dicho, en unas competiciones en las que han obtenido unos grandes resultados. En su primer Open Internacional de Madrid logró quedar entre las dos primeras, mientras que en la Liga Regional finalizó en la segunda posición en los 200 metros y en la primera en los 400. “Nuestro punto fuerte es la larga distancia en estilo libre. A partir de ahí, también estamos comenzando con la espalda y la braza. No obstante, estos primeros registros nos han dado un chute de moral a ambas”, indica la entrenadora.
Sin embargo, este periodo tampoco ha sido un camino de rosas. Durante estos 18 meses, Desirée ha tenido que superarse en ciertos aspectos. Al no tener fuerza en las piernas, Laura le ha hecho hincapié en tratar de compensar esa debilidad con los brazos, intentando ganar movilidad de otra manera.
En relación con esto, incide en que, “aunque la patada no sea la misma, sí que podemos jugar con la cadera para que las extremidades inferiores no sean un lastre”. Al mismo tiempo, la nadadora soriana también ha ganado mucha seguridad en sí misma: “Al principio me preguntaba, ¿Qué hago yo aquí? Pero con la ayuda de mi entrenadora he dado muchos pasos, mejorando la técnica y aprendiendo que no es lo mismo nadar que competir”. Con todo ello, mostrándose ambiciosa, Desirée ya tiene marcado en rojo un reto en el horizonte tan ilusiónate como difícil. Son los Juegos Paralímpicos de París 2024.
Independientemente de lo complicado de la misión, esta deportista soriana tiene entre ceja y ceja clasificarse para la cita deportiva más importante del mundo. Para ello, debe entrenar mucho con la mente puesta en conseguir unos tiempos mínimos que, en estos momentos, se encuentran lejos, “aunque más cerca que cuando empezamos”.
A tal efecto, su preparadora pone de relieve que será imprescindible llegar en muy buenas condiciones al Campeonato de España, que se celebrará el próximo mes de julio. También se disputarán otras pruebas en las que se podrá conseguir la marca a lo largo del curso, con unos jueces específicos.
Con ello, Desirée Moreno se sincera, incidiendo en que “participar en las Paralimpiadas significaría un sueño que alcanzaría de la mano de las personas que tienen que estar”. Ahora, pase lo que pase, esta deportista quiere disfrutar del camino, acompañada siempre de su inseparable preparadora, “siendo consciente de que lo importante es ser feliz con lo que haces”.
A ese respecto, dejando a un lado sus objetivos deportivos, pretende seguir siendo la persona que se metió por primera vez en la piscina con cinco años, no dejando desde entonces de amar esta práctica que tanto le ha dado: “No puedo pensar estar un día sin venir a nadar, aunque luego lo haga (se ríe). Para mí, estar en el agua significa ser libre, ya que todos los problemas del día a día y el móvil los dejo fuera. Es una liberación física y mental”.
Continuando su relación con esta práctica, Desirée no puede ocultar lo que la natación le enseña, “no poniéndome límites, ayudándome a verme más fuerte y dándome confianza y salud”. De esa manera, acabando con cualquier barrera y persiguiendo sus sueños a brazadas, la deportista soriana trabaja para continuar aspirando a lo más alto a través de la insistencia y de la ayuda de una entrenadora, que tiene muy claro la persona que tiene a su lado: “Desirée es una luchadora con las cosas bastantes claras. Va superando todas las adversidades que se encuentra. Puede parecer que al principio se sorprende, pero siempre tira para delante”. Con esos ánimos, ambas ven más cerca París 2024.