Es la localidad de Castilla y Léon donde es mayor el desequilibrio entre plazas turísticas y habitantes.
Hay lugares que encontraron la receta del éxito y, haciendo del turismo su bandera, han conseguido generar riqueza y mantener población. Dos aspectos que no tienen por qué trabajar unidos, pues la capacidad y potencia del sector no se traducen siempre en un incremento, ni siquiera en el mantenimiento, de vecinos. En Soria hay un pueblo que sirve de ejemplo.
Este municipio es Abejar. Con 273 habitantes y 2.874 plazas turísticas, diez veces más opciones de pernocta que vecinos, es el punto de Castilla y Léon con el mayor desequilibrio. La cifra no es descabellada, pues dentro de sus límites municipales se ubican dos hoteles, un hostal, un albergue, 15 casas rurales y un camping.
Carolina Romero, su alcaldesa, no se muestra sorprendida ante los datos del Atlas de contribución municipal del turismo en España, elaborado por Exceltur, pues sabe que "el 80% de los fines de semana el pueblo se llena de visitantes porque muchos recursos turísticos cuelgan el cartel de completos".
Sí le extraña la cifra de 39 empleos turísticos y, aunque reconoce que "el turismo es un motor más que importante del pueblo", aclara que "las casas rurales no generan empleo" y añade que "el camping tendrá una plantilla completa en verano que rondará los 20 puestos de trabajo y los del albergue también dependen de la temporada".
La temporalidad del sector juega en contra del pueblo porque "muy pocos trabajadores del turismo residen en Abejar", refiere la regidora. Por esto, Romero lamenta que "el turismo no asienta población, porque aquí es estacional y, aunque salga una campaña de setas excepcional, no puedes mantener los datos de ocupación de agosto en enero".