Eduardo del Rincón no puede movilizar sus merinas de Ciudad Real debido a la norma que obliga a retener las ovejas por un brote de viruela ovina y caprina detectado en la vecina Comunidad de Castilla-La Mancha.
Tenía previsto, como cada año, regresar a Tierras Altas con sus merinas, pero serias dificultades empujan a Eduardo del Rincón, uno de los dos últimos trashumantes de ovino de la provincia de Soria, a barajar una última, difícil y pesarosa solución: el sacrificio de sus merinas y abandonar esta profesión.
Así lo relata en redes sociales este ganadero, que se halla 'bloqueado' en Ciudad Real, en cuya Comunidad de Castilla-La Mancha ha sido detectado un brote de viruela ovina y caprina, en un lugar muy distante de donde se halla el soriano con su rebaño. La norma en la región vecina obliga a no mover las reses, y en el caso de contagio, a su sacrificio, aunque la cabaña de este ganadero se haya libre de la enfermedad. Además, los pastos, ya agostados en esta época del año, no son suficientes para alimentar a las ovejas, y sobre todo, con la sequía que azota a la mayoría de España. Del Rincón ve que se le acaba el tiempo, ya que el alquiler de los pastizales concluye el día 10, con lo que tendrá que abandonar estos terrenos.
"Nos tienen aquí retenidos y no sabemos que harán con nosotros. Esto es una ruina", explica, a la vez que recuerda que lleva en el lugar desde el 10 de noviembre pasado, y en este momento no puede pagar el pienso que supone el mantenimiento diario de sus animales. "Me iba a retirar dignamente, pero ahora lo haré arruinado, y aunque tenía pensado seguir algún año más, no voy a seguir", confiesa.
Así las cosas, en pocos días, de no encontrar ninguna solución las administraciones, "esto se acaba, no puedo aguantar más", anuncia también.
En su llamada de socorro, concluye finalmente que "nos dejen volver a nuestras tierras" y meciona que "el ganado es como los pájaros: cuando llega su tiempo quieren emigrar. Aquí no se puede tener nada retenido".
Como se recordará, Eduardo del Rincón era uno de los ganaderos que atravesaban en los últimos años la Cañada Real Soriana a su paso por la ciudad de Soria, lo que convertía la jornada, por estas fechas, en un día festivo y también de reconocimiento a una tradición pastoril centenaria, una de las señas de identidad de la provincia.
Las alertas saltaban en Twitter, concretamente de la mano del soriano David Ortega, conocido por su sensibilidad y por poner el foco en las tierras sorianas, en su despoblación y también en una etnología propia de la provincia soriana que debe de ser, al menos conservada.
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