Aunque el sol se dejaba ver y con inquietante nubosidad en el cielo, los chiringuitos de Valonsadero cobraban en la mitad del día, una gran afluencia de público en esta primera jornada taurina y campestre. Ganas de disfrutar e impaciencia de cara a la tarde, cuando de verdad, los mozos se pongan delante de los novillos en plena cañada.