Charlamos con Enrique Borobio, experto en la materia, sobre unos orígenes que se remontan a la Comarca de Pinares: “Es un traje icónico que se fosilizó para toda la provincia. No obstante, en los últimos años no se está siguiendo el patrón tradicional, llegando a ser algo carnavalesco, en muchas ocasiones”.
Con las fiestas de San Juan a la vuelta de la esquina, numerosas sorianas han sacado de sus armarios los trajes de piñorras para el Domingo ‘de Calderas’ y para el Lunes ‘de Bailas’. Con esas fechas tan cercanas, retrocedemos un siglo atrás para conocer sus orígenes y evolución con un experto como Enrique Borobio.
En primer lugar, tenemos que viajar hasta la Comarca de Pinares de mediados del S. XIX. En aquella época las aldeanas ricas vestían con jubón, mantón, saya, delantal y cinta, poniendo la semilla para lo que posteriormente se ha convertido en el traje regional de Soria. “Es algo icónico de la zona de Pinares que finalmente se fosilizó para toda la provincia, erigiéndose como una seña de identidad”, explica Borobio.
No obstante, este especialista del tejido lamenta la “evolución” que han sufrido con el paso de los años estos símbolos. A tal efecto, recalca que “con el vaivén de las modas y con los desfiles se han desvirtuado los modos de vestir el traje regional, llegando a ser algo carnavalesco en algunos casos, sin seguir el patrón tradicional ni el estereotipo de traje de piñorra”.
A su vez, también pone de manifiesto que la forma en la que se colocan las piezas en el cuerpo ha variado mucho, “dejando muy de lado la estética inicial”. Así, hace hincapié en que el problema es que los sastres y costureras no han tomado como guía los pocos estudios, apoderándose las modas y los gustos estéticos actuales.
Con todo ello, Borobio nos da unas pinceladas para las sorianas que estén interesadas en vestirse realmente como en el s.XX.
- Saya (Falda): Se han introducido colores que jamás se había visto. El blanco no es una opción. Antiguamente esta tonalidad tan solo se daba en los refajos interiores. Además, es fundamental dar volumen al vuelo de esta prenda.
- Jubón (Corpiño): En sus comienzos se ataban con cordones de seda que servían para ceñir señor la pieza al cuerpo. Con el paso del tiempo se empezaron a emplear chambras cerradas de manga abullonada. Asimismo, la tela buena se tiene que concentrar en las mangas, única parte que se ve, ya que el resto lo tapa el mantón.
- Mantón: Puede ser “del ramo” merino bordado en algodón o seda en una de las esquinas. También está la posibilidad de que sea “de Manila” con seda bordada en todas sus esquinas.
- Delantal: Debería ser de seda, adamascada o lisa, o de terciopelo.
- Calzado: Recomendables unos botines de piel o de terciopelo con puntera pespunteada.
- Peinado: Fundamental un moño de picaporte, conformado por un trenzado de trenzas impares.