El hijo del filósofo y ensayista recoge el homenaje brindado por la Universidad de Valladolid en un emotivo con presencia de representantes de las instituciones de capital y provincia celebrado en el IES Antonio Machado.
Esta tarde, el salón rojo del IES Antonio Machado ha acogido el acto de homenaje brindado por la Universidad de Valladolid (UVa) a Julián Marías, filósofo, ensayista y profesor vallisoletano que eligió la ciudad soriana como tierra de adopción, durante décadas, en tiempo de verano. Un acto en el que han estado representantes de las distintas instituciones oficiales de capital y provincia (Ayuntamiento, Junta y Diputación) así como el rector de la UVa, Antonio Largo y la familia Marías Franco.
El rector ha subrayado que la institución académica tenía una "deuda histórica" con Marías, y lo ha hecho con el curso de verano que cierra este viernes y donde se ensalza el "legado, la actualidad de su pensamiento y unir los dos campus, el de Valladolid y el de Soria", ya que el homenajeado nació en Valladolid. Se trata de transmitir a los universitarios la importancia de la obra de Marías en una "ocasión de poner en valor su figura".
"Reposo, sosiego y reflexión"
Largo ha aludido a la inmediatez con la que la juventud percibe su entorno, algo que requiere de "reposo, sosiego y reflexión", dado que el filósofo sigue siendo actual, por su "espíritu liberal, europeísta, anticipado a su tiempo". Credenciales por las que le fue prohibida la docencia universitaria en España, y "no tuvo el hueco que merecía una figura de su talla". Sin embargo, "la Historia lo ha puesto en su sitio", siendo por ello un referente "no instantáneo, sino con un peso y un poso histórico importante".
También intervenía la burgense Eloísa del Pino, presidenta del Consejo Superior de Investigaciones científicas, quien ha indicado que la primera juventud supuso para Marías vivir el tiempo que se denominó como la Edad de Plata de las ciencias y las letras españolas en el primer tercio del XX. "Fue un hombre singular para una etapa singular", conviviendo con grandes figuras de ambas disciplinas y también sin olvidar su labor docente en la Residencia de Señoritas de Madrid, insitución fundada en Madrid para impartir enseñanzas universitarias a féminas y donde Marías fue profesor.
En el acto, el rector entregaba una placa conmemorativa a uno de los hijos del homenajeado, Álvaro, quien ha subrayaba que "para nuestra familia, Soria fue una bendición". Una ciudad donde su padre encontró, en una época difícil, "un hogar, un sitio donde sentirse absolutamente cómodo y feliz", sin participar en la vida pública, aunque impartía de cuando en cuando alguna conferencia en la Casa de la Cultura, que se situó en tiempos sobre el Arco del Cuerno, en la plaza Mayor.
"Soria, un paraíso"
"Fue un paraíso para todos nosotros", ha insistido, subrayando que la familia "se ha beneficiado de la sorianidad adoptiva de la ciudad", en donde todos los miembros pasaban "dos meses íntegros al año", el tiempo que duraba el veraneo en aquella época de mitad del siglo pasado. Álvaro Marías ha confesado en este punto que tuvo la suerte de alargar un mes esa estancia "desde San Juan hasta San Saturio", durante su infancia.
En su experiencia personal, el ponente ha mencionado que sin Soria su propia vida hubiera sido completamente distinta, -"no creo que sea un halago para Soria, pero sí para mí", ha bromeado- ya que fue aquí donde tuvo sus mejores amigos, y lugar en el cual descubrió la música de la mano de Oreste Camarca. Y aquí, precisamente, su hermano Javier, ya fallecido, escribió su primera novela a los dieciocho años, titulada 'Los dominios del lobo', que fue premiada por la crítica. De este, Dionisio Ridruejo vaticinó, tras leer la obra, la prometedora carrera profesional del joven escritor.
Álvaro Marías ha recordado a Machado, sobre todo con el discurso que pronunció el poeta en 1912, precisamente en el instituto donde se ha oficiado el acto, dirigido a alumnos, y donde expresó las siguientes palabras: "Soria es acaso lo más espiritual de esa espirutal Castilla, espíritu a su vez de España entera. Nada hay en ella que asombre o que brille o truene: todo allí es sencillo, modesto y llano. Soria es una escuela admirable de humanismo, de democracia y de dignidad". Unos calificativos que, según ha conlcuido el hijo de Julián Marías, siguen contantes después de tantos años.
Decir que precisamente, en esta misma sala, Julián Marías impartió la lección inaugural del curso 1959-1960.
El acto era cerrado con un concierto interpretado por el trío clásico Zarabanda, precisamente fundado por Álvaro Marías y que cuenta, entre sus componentes, con el hijo de éste, Alejandro Marías, nieto del recordado filósofo. De este modo, la familia Marías Franco ha querido corresponder, con una magnífica intervención musical basada en el Barroco europeo, a este merecido y emotivo homenaje.
Video con el acto de homenaje: