OPINIóN
Actualizado 31/08/2023 12:13:58
Patxi Irigoyen

La quinta columna de Patxi Irigoyen para Soria Noticias

¡No se le puede pedir más! ¡Deja su tiempo y su vida en el intento a cambio de nada! ¡Bastante hace para lo que se lleva!... y podríamos seguir así una larga intemerata de dichos y afirmaciones en busca de conseguir explicar que algunos cargos representativos, ya de asociaciones, ya de instituciones, han salpicado sus tareas.

Exigir responsabilidad a quien se le puede exigir, porque de su actividad tiene un beneficio que antes de ejercerla no cabía, es lo lógico. Incluso lo legal. Más allá de que estemos o no de acuerdo con sus decisiones, con sus propuestas, o con sus ideas.

Sólo que cuando uno tiene retribuciones por algo ha de saberse susceptible de que se le exija esa responsabilidad. Sólo que cuando esto sucede hay que dar cuentas, y sobre todo cuando esto se pone en marcha alguien tiene que tener bien claro qué se pretende con estos cargos; qué objetivos tiene en sus nombramientos, y qué tareas va a tener asignadas, lo suficientemente importantes como para que, hasta ahora, no se tuvieran asignadas y consignadas económicamente.

He ido repasando unas cuantas estructuras orgánicas de diputaciones provinciales de nuestro entorno: desde las provincias limítrofes a nosotros, hasta las provincias que, lejos de la nuestra, se asemejan en cuanto a número de habitantes. Y, es comprobable, nosotros damos un tanto la nota.

No es momento, por supuesto, de pedir explicaciones a estas alturas, nada más ser creadas y designadas a las personas correspondientes las vicepresidencias de nuestra diputación. Y me refiero, evidentemente, a las retribuidas en exclusividad. Estarán programando sus quehaceres. Estarán poniendo en sus correspondientes despachos las carpetas y los ordenadores a punto. Estarán, qué duda cabe, haciendo un largo y exhaustivo orden en sus programaciones de otoño-invierno 2023. Porque de eso se trata. Cuando alguien es “contratado” con una cuantía y una retribución fija por un quehacer, éste se tiene que llevar a cabo. Y que sea poco o mucho, sólo depende de quien ha tenido capacidad para aprobar dicho gasto. En nuestra diputación, por cierto, aprobar gastos ha de contar con el visto bueno de los altos funcionarios con esa misión, y el dicho de “sólo hacen que poner pegas” o “no se mojan ni se molestan en buscar la forma de hacerlo bien” está siempre en la calle. Pero ése es otro problema. El nuestro, ahora, es pensar que cuanto más profesionalidad, mayor exigencia. Cuanto mejor retribuidos tengamos a nuestros representantes, mayor será la posibilidad de pedir exigencias y explicaciones. Porque “de gratis” se está acabando. Sólo quedan cuatro alcaldes de pequeños municipios que, además de ir “de gratis”, nos aguantan a los vecinos que cada día somos más exigentes y menos colaboradores. De momento, y con una legislatura por delante, la diputación de Soria paga más profesionalidad. Aumentará para ella la exigencia.

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