CASTILLA Y LEóN
Actualizado 19/09/2023 16:37:23

La iniciativa ‘Rural Care’ destaca por su flexibilidad y accesibilidad y una mejor relación coste-resultado que en los centros especializados.

El modelo de atención integral centrado en la persona no se circunscribe únicamente a los centros residenciales, sino que se viene implantando en los hogares de aquellos ciudadanos que residen en los municipios más pequeños de la Castilla y León. De hecho, el programa piloto ‘Rural Care’, impulsado por la Consejería de Familia e Igualdad de Oportunidades, ha sido la base a través de la cual se ha venido implementando el modelo de atención en red, que se ha aplicado en este caso a los cuidados de larga duración en dos zonas rurales de la provincia de Valladolid: Tierra de Campos Norte y Tierra de Campos Sur, áreas en las que conviven 16.000 personas distribuidas en 64 localidades con un alto índice de envejecimiento.

De las 150 personas con dependencia, discapacidad o enfermedades crónicas que estaba previsto atender inicialmente, se ha logrado prestar servicio a 183 −un 59,2 % de ellas mujeres−, lo que supone un notable incremento de las expectativas. Además, la mayoría de las intervenciones se han llevado a cabo en hogares de riesgo alto por la avanzada edad de sus integrantes −el 73 % de los atendidos tiene 80 años o más y la edad media es de 82− y por su elevado grado de dependencia −el 43,1 % presenta un grado alto o muy alto−.

Estos datos se han puesto de manifiesto durante la presentación de los resultados del proyecto, que ha tenido lugar en el palacio de congresos Conde Ansúrez de Valladolid. Allí, la consejera de Familia e Igualdad de Oportunidades, Isabel Blanco, ha explicado que ‘Rural Care’, que se enmarca en el programa ‘A Gusto en Casa’, es una alternativa a la atención en centros residenciales a través de la creación de hogares seguros, donde las personas pueden seguir residiendo mientras reciben apoyos, servicios y prestaciones ‘a la carta’ en función de sus necesidades y deseos, que les permitan vivir conforme a sus proyectos de vida. Es decir, tal y como ha señalado la consejera, se trata de atender a las personas desde sus propias decisiones, pero a través de una planificación que permita a los profesionales adelantarse a los problemas.

El programa comenzó en 2020 y su conclusión está prevista el próximo octubre. Bajo el liderazgo de la Gerencia de Servicios Sociales de Castilla y León, ha contado con otros cuatro socios: la entidad European Social Network, la Diputación de Valladolid, la Universidad de Valladolid y la Fundación Personas, que ha sido la entidad encargada de proveer los servicios.

Blanco, quien ha agradecido el trabajo de estos socios y del resto de colaboradores, entre los que se encuentran el Imserso, la Gerencia Regional de Salud y los ayuntamientos de Tierra de Campos, ha expresado la neta ruralidad del programa, que no sólo lleva consigo ventajas en el ámbito de los cuidados, sino que se trata de una oportunidad para generar actividad económica, crear empleo, asentar población y fomentar la igualdad de oportunidades. De hecho, de los 50 asistentes personales que han trabajado con Fundación Personas, 48 son mujeres. Todas ellas han contribuido a una mejora tanto física como psicológica de los usuarios.

Apuesta por la innovación social

Uno de los grandes objetivos de la Junta de Castilla y León ha sido siempre aunar los cuidados con las nuevas tecnologías. Los resultados van acompañados de mayores autonomía y seguridad, más capacidad en la toma de decisiones y una vida social mucho más activa. Así se ha tratado de llevar a cabo no sólo a través de ‘Rural Care’, sino también de los proyectos que lidera la Comunidad a nivel europeo, como ‘Wellco’, para el desarrollo de un asistente virtual; o ‘Procura’, mediante el cual se han obtenido prototipos de andador inteligente y WC adaptado. Todo ello sin contar con el servicio de Teleasistencia Avanzada, que se expande a gran velocidad por toda la región.

Estas nuevas tecnologías, además, se están combinando con el modelo de atención integral centrado en la persona y, más concretamente, con su vertiente de cuidados en el hogar. De este modo, gracias a programas autonómicos como ‘A Gusto en Casa’ y sus derivados, como ‘Integr@tención’, ‘OIKOS’, ‘Fronteira2020’ o el propio ‘Rural Care’, se ha logrado que 1.772 personas hayan podido seguir desarrollando sus proyectos de vida en el entorno comunitario. Se prevé alcanzar los 2.000 a finales de este año, con el impulso de estas iniciativas también en el medio urbano.

Una década de éxitos

Que Castilla y León se ubique hace una década en la cúspide de los sistemas de Servicios Sociales de España, de acuerdo con el Índice DEC publicado por la Asociación Estatal de Directoras y Gerentes de Servicios Sociales, cobra aún mayor relevancia si se tienen en cuenta las características demográficas y geográficas de la Comunidad: la tasa de envejecimiento se sitúa en el 25,1 %, frente al 19 % de la media estatal y al 20 % de la Unión Europea, un proceso que es mucho más visible en el medio rural.

Precisamente, esa es otra de las características que dificultan la gestión del sistema social autonómico: la dispersión de su población. De los 2.248 municipios que integran Castilla y León −la autonomía con mayor número de ellos−, el 94 % tiene menos de 2.000 habitantes. Además, el 36 % de los castellanos y leoneses residen en zonas rurales. Y, por último, es necesario apuntar que el 60 % de las personas dependientes y el 50% de las personas con discapacidad residen en pequeños núcleos de población.

Todo ello supone un auténtico reto para que la Consejería de Familia e Igualdad de Oportunidades pueda ofrecer atención, servicios y cuidados en igualdad de condiciones. No obstante, el fomento e impulso de este tipo de programas, como ‘Rural Care’, que apuestan por la atención en el propio hogar, no sólo permite la prestación de asistencia en todos los municipios, sino que, además, incluso ofrece mejores resultados que la alternativa residencial.

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