Uno de los objetivos es que todo el conocimiento generado a partir de la labor investigadora de excelencia se traduzca en el tratamiento y prevención de las enfermedades, y en la mejora de la salud y la calidad de vida de la población
El consejero de Sanidad y presidente de la Fundación Instituto de Estudios de Ciencias de la Salud de Castilla y León, Alejandro Vázquez Ramos, y el rector de la Universidad de Valladolid (UVA), Antonio Largo Cabrerizo, han firmado hoy el convenio para la constitución y puesta en marcha del Instituto de Investigación Biosanitaria de Valladolid (IBioVALL), cumpliendo así uno de los compromisos de legislatura. Se trata, además, de un contenido importante del futuro Plan Estratégico de Investigación e Innovación 2023-2027 de la Consejería de Sanidad, así como de la Estrategia de Investigación e Innovación para una Especialización Inteligente (RIS3) de Castilla y León, que ya está en marcha.
El nuevo Instituto, que estará ubicado en el Edificio Rondilla del Hospital Clínico Universitario, nace como un elemento fundamental de la investigación y la innovación de excelencia en Valladolid, y como una ambiciosa apuesta para consolidar a Castilla y León como referente en el ámbito de la investigación biosanitaria, que se suma a la relevante actividad desarrollada por parte del Instituto de Investigación Biomédica de Salamanca (IBSAL), y que pretende completar la estructura con León y Burgos para contar con una potente red de institutos a caballo entre el sistema de ciencia y el sistema de salud.
Se estima que este proyecto supondrá para la ciudad de Valladolid, en la próxima década, la creación de un centenar de puestos de trabajo altamente cualificado, que movilizará una inversión de más de diez millones de euros cada año bajo el desarrollo de la colaboración público-privada, con el objetivo de que todo el conocimiento generado a partir de la investigación biosanitaria de excelencia se traduzca en el tratamiento y prevención de las enfermedades y en la mejora de la salud y la calidad de vida de la población.
Valladolid cuenta con todo lo necesario para la creación de este instituto biosanitario. En primer lugar, unos hospitales de referencia con equipos profesionales y técnicos del más alto nivel, y una universidad que no solo cuenta con una Facultad de Medicina y otra de Enfermería, sino también con institutos de investigación como son el IBGM o el IOBA. Adicionalmente, la UVA ha incorporado en los últimos años nuevos grados como el de Ingeniería Biomédica y el de Terapias Avanzadas, así como un máster de especialización orientado al ámbito de actuación de la ingeniería clínica, que vienen a fortalecer todavía más, según palabras de su rector, el ecosistema 'bio' de la universidad.
El IBioVALL se ha diseñado como el entorno idóneo para el desarrollo de una investigación traslacional de excelencia, aprovechando economías de escala con el fin de facilitar alianzas entre grupos clínicos y básicos, abriendo espacios de colaboración entre los diferentes equipos de investigación y captando recursos e investigadores para ofrecer un mejor servicio a la sociedad, optimizando los recursos a través de servicios comunes y estructuras de gestión eficientes.
Inicialmente, el IBioVALL desarrollará su trabajo en torno a siete áreas científicas verticales: Neurociencias y Psiquiatría; Oftalmología y Ciencias de la Visión; Endocrinología, Diabetes y Nutrición; Cardiovascular; Enfermedades infecciosas, inmunológicas e inflamatorias; Gastroenterología y Hepatología; y otros sistemas. Y en tres áreas transversales: Bioingeniería e Inteligencia Artificial, Fisiopatología Molecular, Terapias Avanzadas y Medicina Personalizada, y Salud Pública y Atención Primaria, si bien el objetivo es constituir un espacio en el que, de forma dinámica, se integre toda la investigación biosanitaria de excelencia que se desarrolle en el área de Valladolid.
El IBioVALL constituirá una estructura de apoyo a los grupos de investigación en estos campos. Se encargará, por ejemplo, de ayudar en la gestión de la convocatoria de ayudas regionales, nacionales y europeas a las que los investigadores quieran optar. Entre sus funciones también está la difusión de la actividad investigadora, el impulso de la internacionalización y la potenciación de la innovación.
En lo que se refiere a la innovación, asesorará a los investigadores en la consecución de patentes y modelos de utilidad. También ayudará en la realización de estudios clínicos mediante el seguimiento y toma de datos y biomarcadores que permitan obtener resultados previos a la autorización del medicamento que se esté estudiando.
El objetivo a medio plazo es que esta nueva entidad consiga la acreditación del Instituto Carlos III de Madrid -cuyo director, Cristóbal Belda, ha asistido a la firma para mostrar su apoyo al proyecto-.