PROVINCIA
Actualizado 11/10/2023 21:05:15
Encarna Muñoz

Del cerdo, hasta los andares, y sus purines ahora mueven coches y tractores. 2,2 M€ del proyecto LIFE Smart Agromobility lo demuestran. El biometano reduciría un 50% las emisiones de las granjas.

Aunque en el campo nunca se han visto los purines como un problema, los ganaderos sorianos llevan tiempo invirtiendo en I+D+i para extraer el máximo partido de su poder fertilizante y reforzar la economía circular, generando con ella riqueza en su entorno. Gracias al proyecto LIFE Smart Agromobility han demostrado que son capaces de capturar el metano presente en este subproducto, y transformarlo en combustible apto para coches y vehículos industriales.

Ha desarrollado este proyecto un consorcio de siete socios entre los que se encuentran COPISO, Universidad Politécnica de Madrid, UVa, Ente Regional de la Energía (Junta de Castilla y León), Gasnam, NTT Data y Natural Gas Vehicle Association. Han conseguido captar una inversión europea de 2,2 M€ para el desarrollo, y puesta en práctica, de todo el engranaje necesario para hacer de las granjas lugares autosuficientes energéticamente hablando.

El biometano

Suena a ciencia ficción, pero la producción de biometano, utilizando los purines de una granja porcina es ya una realidad. Además, una realidad bastante “asumible”, tal y como se ha demostrado en una granja de 3.500 cerdos ubicada en Sauquillo de Boñices (localidad perteneciente al municipio de Tejado).

El biometano tiene un poder calorífico 30 veces superior al CO2

Allí no solo han capturado el biogás presente en los excrementos de los cerdos, un proceso que resulta rutinario en otros países europeos, sino que han conseguido aislar el metano presente en este (con un poder de calentamiento global 30 veces superior al CO2) sirviéndose de microalgas.

El biometano resultante lo comprimen, pasando de 1 a 200 atmósferas, para transformarlo en un combustible apto para vehículos con motor CNG. Así no solo han reducido a la mitad las emisiones de gases invernadero de la granja, sino que la han convertido en autosuficiente y, además, han logrado un fertilizante de muy alta calidad que reduce los de origen sintético.

Además, puntualizan los responsables de la investigación, el biogás tiene aplicaciones muy diversas y podría emplearse también para calentar edificios o viviendas, o incluso para conformar comunidades energéticas.

Vehículos de 'verdad'

En la explotación han demostrado que una granja puede ser autosuficiente, haciendo de la necesidad virtud. Pueden trabajar los campos con un tractor movido con biometano y cargar vehículos particulares en minutos para alcanzar una autonomía de unos 500-600 kilómetros. Con motor CNG, misma potencia y capacidad de trabajo que los diésel, solo se reduce en ellos la autonomía.

El biogás necesario para llenar un depósito tarda en generarse dos días (con los 3.500 cerdos de esta explotación). Con los purines que se generan en esta granja se podrían cargar 20-25 coches al año, para unos 20.000 kilómetros anuales. Podrían trabajar 3-4 tractores repostando solo en esta granja.

New Holland comercializa en todo el mundo un tractor que se propulsa con biometano comprimido. José Llopis, director de marketing de la marca para la península Ibérica, explica que este biocombustible se almacena en bombonas de alta presión en un depósito instalado en la parte delantera del tractor.

Este tractor “contamina mucho menos que el mismo con un motor diésel, y la huella de carbono que genera es negativa”, puntualiza Llopis. Es posible porque, en vez de sacar un combustible de Oriente Medio, traerlo en barco, refinarlo y luego distribuirlo en camiones, “los ganaderos generan un combustible donde van a utilizarlo”.

Su autonomía dependerá de las tareas que se le exijan. Con una misión liviana, y el depósito delantero, alcanzaría las 8 horas. Este depósito es opcional, la estructura del tractor dispone de botellas para almacenar el gas, pero está pensado para cuando el surtidor de biometano “quede lejos”. Impide, por ejemplo, instalar la pala delantera para cargar, pero no modifica las labores que pueda realizar con aperos traseros. Sobre el precio, “solo es un 10% más caro que uno diésel”.

Presente y futuro

El objetivo es hacer más económico, y por tanto atractivo a las empresas, el proceso. Resultarán, en un estadio inicial, claves las ayudas de instituciones nacionales e internacionales.

Se debe optimizar el proceso para que sea atractivo

También habrá que mitigar el principal aspecto negativo del mismo: el terreno que consume el cultivo de microalgas. No obstante, los impulsores afirman que “en la España rural y despoblada se puede sacrificar una poca superficie en favor de la producción energética”. Marcelo Ortega, coordinador del proyecto y profesor de la Universidad Politécnica de Madrid, apunta que también se está trabajando en un sistema similar a una “cooperativa energética, ver si los ganaderos o agricultores pueden invertir en un sistema de microalgas para purificar en conjunto su biogás”.

En este sentido, Pascual López, gerente de Copiso, asegura que los esfuerzos de la cooperativa en I+D+i “seguirán orientados en lograr valor añadido a partir de subproductos que se generan en las diferentes actividades”. Miguel Ángel Ortiz, presidente de Aporso, insta a las administraciones a que “aceleren los proyectos que están estancados” para “producir riqueza industrial tan necesitada en Soria y Castilla y León generando sinergias, valor añadido y puestos de trabajo”. Se muestra convencido de que “durante los próximos años veremos plantas como la de Sauquillo de Boñices repartidas por toda la geografía soriana”.

El proceso

1. Digestor. Se introduce purín en un digestor anaeróbico. En 30 días, la materia orgánica del purín fermenta y genera biogás que se deposita en la parte superior del digestor. El biogás contiene metano en un 60%, CO2 en un 40% y ácido sulfhídrico en menos del 1%.

2. Microalgas. Hay que purificar el biogás para separar el metano del resto de gases. Es aquí donde entran en juego las microalgas. Para su cultivo, se construyó un recorrido hidráulico circular con poca profundidad, para favorecer la exposición a luz solar de la mayor superficie posible.

3. Disolver el CO2. Una tubería lleva agua con microalgas hasta la base de una columna de 4 m. Otra transporta el biogás desde el digestor hasta la parte alta de esta misma columna. Altura, contracorriente y unas burbujas disuelven el CO2 y consiguen un gas con un 95% de metano.

4. Compresión. El final del proceso es comprimir el gas de 1 a 200 atmósferas para su almacenmiento y uso como combustible. No se puede obviar otra parte importante, la adquisición de datos para maximizar la cantidad de metano que se obtiene.

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