Desde AECC Soria advierten de que, aunque se trate de uno de los tipos de cáncer con una tasa de supervivencia más alta, continúa teniendo entre 50 y 60 diagnósticos anuales en Soria. La prevención, la detección precoz y la investigación, factores vitales en la lucha contra esta enfermedad.
Soria se pone el lazo rosa para celebrar, igual que cada 19 de octubre, el Día mundial de la lucha contra el cáncer de mama. Esta enfermedad lleva aproximadamente una década situándose entre los 50 y 60 diagnósticos en Soria y este año ya son 51 las nuevas pacientes, frente a las 57 del año pasado. "Queremos recordar a la gente que esta enfermedad sigue ahí y que el hecho de que tengamos la tasa de supervivencia más alta de todos los tipos de cáncer no implica que tengamos que bajar la guardia", advierte Jesús Aguarón, presidente de AECC Soria.
En ese "no bajar la guardia" existen varios frentes abiertos. Uno de ellos es promover y seguir hábitos de vida saludable "no un día, todo el año". "Eso no quiere decir llevar una vida de cartujos, sino no caer en excesos todas las semanas ni todos los días o evitar fumar", detalla Aguarón. "Se está trabajando mucho en la prevención pero la conciencia no es la que debería, las mujeres acuden porque son más disciplinadas que los hombres, pero deberían tomar más conciencia", añade, haciendo especial hincapié en que la gente joven abandone ese "sentimiento de impunidad" y entienda que algo así puede pasar a cualquier edad.
Otro de los pilares fundamentales en esta lucha, es la autoexploración para trabajar en la detección precoz de anomalías que puedan estar relacionadas con una enfermedad como esta. El presidente de AECC Soria recuerda las pautas a seguir: "Las mujeres deben acostumbrarse a, 3 o 4 días después de tener la menstruación, explorarse la mama. El objetivo es aprenderse las mamas de memoria para que cuando toquen algo que les parezca raro, acudan al médico para explorarlo. Habría que incorporarlo en la rutina". Al colectivo de mujeres enter 45 y 60 años que ya entra en el cribado de la Seguridad Social, Aguarón pide que acudan al médico y "cuando se reciba la carta no se deje en un cajón".
El último frente es la investigación, cuyos avances se traducen en un mayor bienestar y opciones de supervivencia para las víctimas y que necesita, igual que la asociación, financiación para seguir desarrollándose. "AECC cubre lo que necesiten los pacientes para lo que tengamos medios", asegura. Esto no solo se limita a una cuestión económica, sino principalmente emocional, ya que la enfermedad y los tratamientos pueden afectar también a sus relaciones.
"La enfermedad crea miedo, inseguridad, depresión, inquietudes y pobreza porque hay aspectos del tratamiento que no los cubre la Seguridad Social, como cremas nutritivas para la piel después de la quimioterapia", apunta. Lamenta que los ingresos de los pacientes y su entorno disminuyan mientras se encuentran combatiendo la enfermedad, ya que en muchos casos necesitan reducciones de jornadas, bajas y "en el peor de los casos ha habido pérdidas de puestos de trabajo". Por ello, hoy se reivindica, un año más, la existencia de esta enfermedad y todo lo que supone para los que la sufren, buscando que nunca bajemos la guardia.