Este joven burgense se proclamó el pasado domingo Míster Universo en Bucarest después de enfrentarse a decenas de rivales de otros países en la modalidad 'Clasic'.
La historia de amor entre Soria y el deporte supera cualquier barrera. A pesar de ser la provincia más pequeña de España en lo que a población se refiere, los éxitos internacionales de sus habitantes en diferentes prácticas son inigualables. En esta ocasión, el encargado de escribir su nombre en letras de oro dentro del Olimpo de los sorianos es Adrián Otero Andrés.
Este joven de El Burgo de Osma consiguió el pasado domingo en Bucarest proclamarse Míster Universo dentro de la categoría ‘Clasic’ de culturismo natural -esta es una modalidad en la que se realizan controles antidopaje-. “Me escribieron mensajes de felicitación como si fuese mi cumpleaños, pero prefiero mantenerme en un perfil bajo y no sacar pecho. Este triunfo no ha cambiado nada, ya que el éxito no es lo importante. Lo realmente esencial es la cultura del esfuerzo y el no tener miedo a equivocarme”, explica.
Para competir a este nivel, Otero tuvo que proclamarse campeón de España en un curso pasado en el que también finalizó tercero en el Campeonato del Mundo de Italia y segundo en el Europeo de Budapest. Gracias a estos méritos, el burgense obtuvo una plaza para participar en un campeonato en el que tuvo que enfrentarse a decenas de sus homólogos de otros países.
Convencido de sus posibilidades, este culturista llevó a cabo un total de 6 poses obligatorias y 1 clásica. En primer lugar, afrontó una ronda simétrica, para más adelante desafiar a sus adversarios en una fase de poses comparativas. Por último, desarrolló una actuación artística “que ya no sirvió para puntuar, ya que es más una exhibición en la que completamos una coreografía”.
“No se trata de levantar peso en este deporte. En mi categoría no se valora tanto el apretar duro. Se tienen en cuenta otros factores como la estructura y la simetría. En definitiva, se busca la el físico más esbelto y apolíneo. Se valora mucho más allá de la masa muscular”, manifiesta.
Adrián Otero comenzó practicando este deporte a modo de terapia, “sirviéndome como una muleta en un momento en el que la necesitaba”. En sus inicios, este burgense entrenaba en el garaje de su casa con un banco y una mancuerna, tratando de prepararse para una competición “como reto personal”.
Intentando sacar su mejor versión, este poco a poco fue creciendo, en lo deportivo y en lo personal, llegando a abrir junto a su pareja el gimnasio ‘La Base Work Out’. Empleándolo como centro de operaciones, trasladó su entrenamiento hasta estas instalaciones: “Hay que ser un poco estoico. Se pasa mal un par de semanas cuando se acercan las pruebas porque la dieta es más restrictiva. En cuanto a preparación, aumento lase sesiones a una hora por la mañana y otra por la tarde (Normalmente se ejercita 40 minutos diarios)”. En ellas, lo que más trabaja es la fuerza, además de una parte cardiovascular y otros ejercicios básicos con pesas y varias máquinas.
Con esta hoja de ruta tan bien planeada, Otero no se pone límites y se marca como próximo objetivo viajar el año que viene a Estados Unidos, cuna del culturismo natural, a participar en alguna prueba internacional. De esa forma, pretende seguir creciendo y mejorando en una práctica en la que ya se ha convertido en el hombre más fuerte del mundo.