Hasta 1973, todas las iglesias de la Villa de las Tres culturas tocaban a difunto. La tradición ahora se oficia con la puesta en escena de cómo se vivía la festividad de Todos los Santos.
Esta noche víspera de Todos los Santos, Ágreda oficiará su tradicional 'Rompe rompe', que era celebrado hasta 1963 en la iglesia de Nuestra Señora de la Peña, es el templo más antiguo de la localidad y ahora alberga el museo de Arte Sacro.
Emeteria, una vecina de la Villa de las Tres Culturas era la encargada de hacer sonar las campanas de dicha iglesia todos los días del año, hasta 1973, en horario de 21:00 horas, y entre mayo y septiembre a las diez, para recordar a la parroquia una oración por las ánimas del Purgatorio. Además, hasta 1963, todas las iglesias tocaban a difunto en la noche del 1 de noviembre y en el templo se rezaba el 'Rosario de San Miguel' durante todo el penúltimo mes del año. Tras la oración, era entonado por los fieles el 'Rompe rompe mis cadenas' en alusión a las almas que, ya fuera de este mundo, esperaban su entrada en el Cielo.
Según narra el historiador y sacerdote Manuel Peña en uno de sus libros, la letra de este cántico es "bastante tétrica", ya que eran las propias ánimas quienes la entonaban.
El estribillo es una llamada a abandonar el Purgatorio y acceder a la gloria eterna, mientras que el resto de las estrofas suponen invitar a los vivos para que imploren por las almas que todavía se mantienen en la antesala del lugar eterno.
El estribillo era cantado por los asistentes y son como sigue:
"Rompe rompe mis cadenas y alcanzar mi libertad.
Cuán terribles son mis penas, piedad cristianos, piedad".
Por parte del sacerdote oficiante, las estrofas leídas son estas:
"Mil veces necio de mí, por un momentario gusto, en tus manos, oh Rey justo en esta prisión caí.
Ay, siquiera con mi suerte, amigos escarmentad".
"Soy tu padre, hijo querido, que tu compasión reclama, penando en horrible llama, no me dejes en olvido, no las ternezas me pagues con desamor y crueldad".
"Sacrificios, oraciones, piadosos ofrecimientos limosnas y sacramentos ayunos y humillaciones aceptad como rescate de Dios la inmensa piedad".
"Te di el ser y no me libras de esta horrenda oscuridad".
Ahora, Ágreda pone en escena aquella noche que atemorizaba a los fieles, y donde en el templo, con solemnidad, sin luz, se hacían sonar enormes carracas de madera con un gran y sobrecogedor estruendo. Durante años, a esos rezos acudía un peregrino, de cuya procedencia nunca se supo, pero sí de su notable altura y del atuendo típico para llegar a Santiago de Compostela. Esta presencia en cuestión añadía pavor, siempre callado, entre los más pequeños.
La tradición fue impulsada en 2007 por Isidro Omeñaca, ya fallecido, con la complicidad de Rafael Santa Clotilde, dinamizador cultural y turístico municipal por aquel entonces. A lo que fue aquello se le une ahora una escenografía que recorre, a partir de las 21:00 horas, distintos puntos de la localidad, incidiendo en el aspecto funerario que vivió Ágreda durante siglos, ya que en ella moraron a la vez, gentes cristianas, musulmanas y judías. Supone también una muestra del significado de la vida y de la muerte en la Edad Media.
El programa del Ayuntamiento sobre el ciclo 'La muerte en las Tres Culturas' puede ser consultado aquí.