Con motivo del ‘Mes de la Salud Mental 2023”, la comandante jefe del servicio de psicología de la Comandancia de la Guardia Civil de Valladolid, Elena González Romero, ha ofrecido una conferencia para informar a padres de cómo prevenir y actuar en caso de que sus hijos se vean envueltos en una situación de ciberacoso.
Cada vez es más raro ver a un adolescente, e incluso niños más pequeños, sin un teléfono móvil en sus manos para pasar el rato. Lejos quedó el salir a la calle para jugar un partido de fútbol en el parque o saltar a la comba. Ahora , lo que se lleva” es juntarse para ver o grabar vídeos, para luego subirlos a las Redes Sociales.
Y, aunque internet tiene muchos beneficios a nivel social y mundial, también son muchos los factores negativos que puede acarrear. Uno de ellos es el ciberacoso, una nueva modalidad de acoso escolar o, en muchos casos, extraescolar, que cada vez es más frecuente.
Con motivo del XXIX Soria Saludable y del ‘Mes de la salud mental 2023’, se ha querido impartir una charla para abordar esta problemática desde el punto de vista de la prevención y la intervención. Ha sido impartida por la comandante jefe del servicio de psicología de la Comandancia de la Guardia Civil de Valladolid, Elena González Romero, quien ha asegurado que este tipo de acoso “tiene muchas caras”. Y, aunque suele ser constitutivo de delito, no se ha querido abordar desde ese punto de vista en esta jornada, sino que se ha centrado en “la repercusión psicológica, cómo prevenirlo y, en caso de que haya fallado la prevención, cómo afrontarlo y a quién acudir para reestablecer la normalidad”.
Según avisa Gonzáles, ante un caso de ciberacoso “hay que contarlo”. Sin embargo, ante miedo o vergüenza, el afectado “en muchas ocasiones no se atreve a hacerlo y lo oculta. Esto es uno de los principales problemas, pues lo que provoca es alimentarlo”.
El pedir ayudar asegura que es vital para que la situación no vaya a más.
Una factor común que se suele dar en los adolescentes que están siendo ciberacosado, según informa la psicóloga, es “que haya sintomatología psicológica bastante significativa, como por ejemplo: cambios de ánimo o de hábitos, problemas de conducta, mal humor, irritabilidad, bajada del rendimiento académico y, en general, un cambio conductual considerable, pues al no disponer de la capacidad que tienen los adultos para comunicar en palabras lo que les sucede, es a través de estas modificaciones cómo se comunican”.
Una vez ya se ha contado se puede afrontar de diferentes manera. No siempre se requiere la intervención de un psicólogo. Sin embargo, si se detecta que la víctima presenta un cuadro depresivo más serio o tiene ideas de suicidio, sí que será necesario acudir a un especialista. Por otro lado, hay situaciones en las que simplemente con contarlo y compartirlo, “se soluciona, pues la persona cuenta con los recursos suficientes para volver a la normalidad, ya que vez la afectación psicológica no ha sido tan grave”.
Los ataque más comunes suelen darse mediante la creación de perfiles falsos en las Redes Sociales. Según cuenta González, de acuerdo a los casos de los que ha tenido conocimiento, “el agresor se abre un perfil a nombre de otra persona, utilizando su imagen y con ella hace todo tipo de cosas, como por ejemplo entrar en foros y dar opiniones, suscribirse a páginas webs para solicitar ciertos servicios… todo ello sin que la persona afectada lo sepa. Esto finalmente acaba volviéndose en contra de la víctima porque el entorno al final responde contra ella”.
Controlar a los jóvenes en las Redes Sociales es muy difícil, sobre todo porque, en muchas ocasiones, “ellos están más avanzados que los propios padres”. Sin embargo, esa es una causa importante, pues “los primeros que debemos de informarnos y conocer este mundo somos los adultos”. Recomienda que se conozca qué plataformas manejan los hijos y con quién hablan. También, supervisar e introducir en el momento adecuado las Redes Sociales y los medios de comunicación. Pero, finalmente “pasa todo por lo mismo, por criterios educativos e información”.
Cuando un menor, junto a un adulto, da aviso a los Cuerpos de Seguridad de que está sufriendo un ciberacoso, al no llegar a la mayoría de edad, “se rigen por la Ley Orgánica de Responsabilidad Penal del Menor, y es por ello que todo el tema de diligencias previas e investigación corre a cargo del Ministerio Fiscal. La denuncia se pone en Fuerzas y Cuerpos y se pasa a los Juzgados de Menores, que son quiénes hacen los trámites”.
Desde la pandemia hasta la fecha actual, desde la Guardia Civil alertan que “ha habido un incremento alarmante en el número de ciberacoso” debido a que ha habido un aumento significativo en el uso de internet y de medio digitales. Y, aunque estos pueden ser muy positivos a rasgos generales para la sociedad, también hay que ser conscientes de que ha conllevado un incremento de casos de este tipo.
De hecho, “la Organización Mundial de la Salud ya alertó que 7 de cada 10 jóvenes habían sufrido algún tipo de acoso. Una cifra muy elevada, pero también avisa de que “no todos los casos hacen referencia a casos graves, sino que el abanico es muy amplio”.
Aunque, sí que advierte e invita a reflexionar de los datos a nivel mundial, pues “España se encuentra a la cabeza del listado de ciberacoso”.