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PROVINCIA
Actualizado 28/11/2023 11:40:49

Se trata de un ejemplar centenario que da constancia del robo de Beratón indicando el lugar donde fueron abatidos tres de los ladrones.

El certamen 'Árbol y Bosque del año' tiene este 2023 protagonismo soriano. Se trata de un quejigo centenario, en Beratón, donde hay marcadas varias cruces, quizá a modo de lápidas, donde se produjo la muerte de tres hombres de la banda del Tío Chupina.

El grupo de bandoleros estaba compuesto por indiviudos de localidades cercanas y que era encabezado por Francisco Gómara Martínez (Serón de Nágima) al frente de sus secuaces Eugenio Maza Ibáñez (natural de Noviercas), Saturnino Acebes Garcés (natural de Villaseca de Arciel) ambos residentes en Buberos, Gregorio Barrena Gonzalo e Hilarión Borobia Jodra, ambos originarios y residentes en Noviercas, Domingo Ledesma Sanz, Antonio Zamora Maza (de Almenar), residente en Hinojosa del Campo, Lorenzo Calleja González (natural de Ledesma), y Fernando Isla Vargas (natural de Almazul) y resiedente en Serón, al igual que el cabecilla.

Según refiere Carles de Escalada en unade las revistas periódicas del Centro de Estudios de Ágreda y el Moncayo, con alusiones también a otro artículo, obra de la agredeña Reyes Omeñaca, se relata aquel robo se originó el 8 de febrero de 1874 en la iglesia de Beratón, cuando la banda de ladrones encerró en el interior del templo a todos los parroquianos, haciéndoles salir de manera individual para prodeder al robo en cada casa. Sin embargo, jóvenes de la localidad consiguieron escapar por el campanario y corrieron a dar aviso a localidades cercanas, como Cueva De Ágreda y Borobia.

Los ladrones, más inclinados al buen beber y comer que la ortodoxia propia que exige el bandolerismo, fueron sorprendidos cuando se hallaban en plena faena, no teniendo otro remedio que escapar por un barranco hacia la localidad de Purujosa. Aún cerca del pueblo, entre varios quejigos, los perseguidores les dieron alcance, produciéndose una refriega en la que fallecían tres de los delincuentes y el Tío Chupina resultaba herido por arma de fuego en una de sus piernas.

El líder de la banda fue encarcelado -ya lo había estado en ocasiones anteriores- y tras salir de prisión se dedicó a ganarse la vida confeccionando pelotas de frontón en las localidades por donde pasaba. Jamás regresó a Serón de Nágima.

El quejigo en cuestión tiene labradas varias cruces que dan constancia de aquellos hechos que conmocionaron el sentir popular no solo de toda la provincia, sino que el suceso trascendió por toda España.

De este robo viene 'Pasarlo mejor que Chupina', en alusión a Francisco Gómara, que como sus pupilos, gustaba en sus asaltos de dejar su estómago satisfecho con las viandas robadas y también con el vino ingerido, igualmente en generosa cantidad.

La crónica de Carles de la Escalada, en este enlace.

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