Artículo de opinión de Fernando Castillo, concejal de Vox en Soria
A menudo es necesario un reseteo en la vida diaria. A veces ocurre por una buena o una mala noticia propia o cercana, otras por un cambio de situación personal o laboral. La Navidad es siempre ese resorte emotivo y espiritual que supone un alto en el inevitable ritmo vertiginoso que vivimos. Asistimos en estos últimos tiempos a un sutil borrado de lo trascendente, de lo que de verdad significa ese nacimiento de un Dios que debería, si no impregnarlo todo –dependiendo de la espiritualidad de cada uno-, sí ser fanal encendido que referencie, al menos en el horizonte, algunos de los aspectos importantes de nuestra vida.
La política es, tal vez, lo más importante después de las cosas realmente importantes de nuestra existencia, y me siento afortunado de haber elegido pertenecer a un movimiento transversal como VOX, que defiende postulados políticos con los que me identifico, como por ejemplo la defensa de nuestros productores nacionales (sobre todo agricultores y ganaderos por lo que suponen para Soria y para ese concepto de soberanía alimentaria que perseguimos), la defensa de la propiedad privada o la defensa del concepto patria como nación unida que avanza solidaria. Pero también que defiende lo trascendente en cuanto a valores: la vida, la libertad, el derecho individual o la civilización occidental en cuanto a cultura y base cristiana.
Hoy, sobre todo, quiero aprovechar esta columna para expresar mi deseo de que todos los sorianos paséis unos días especiales y emotivos en compañía de vuestras familias. Ojalá que el año 2024 sea bienaventurado para cada uno de vosotros, para Soria y para España.
¡Feliz Navidad!