Ubicada a su paso por la carretera principal de Garray, este establecimiento de ultramarinos abrió sus puertas hace 11 años para satisfacer una necesidad en el municipio. Su principal clientela es la gente mayor, aunque también es un salvavidas para turistas que se acercan a la localidad. Su amabilidad y buen trato hacen que, con el paso de los años, haya forjado su clientela fija y que su establecimiento sirva tanto para comprar como punto de encuentro de los vecinos.
Es domingo al mediodía, una señora baja a la tienda del pueblo pidiendo que le den una hogaza para la hora de comer. Además, aprovecha y pide algo de pescado, pues "no tiene nada" y le ha avisado su hijo de que baja a verla por sorpresa con los nietos. Seguidamente entran tres excursionistas que no encuentran dónde comer y vienen en busca de una barra, embutido y algo de beber.
Este es el día a día de la tienda ‘El Puchi’, ubicada en Garray y regentada por Javier Gonzalo García. Y, así ha sido su rutina desde que empezó en agosto de 2012, momento en el tras dejar su empleo, pues se negaba a trasladarse fuera de la provincia para trabajar, observó el pueblo en el que residía. Fue entonces cuando se dio cuenta de que había una necesidad básica no satisfecha. El municipio no contaba con un establecimiento de alimentación y decidió apostar por ello.
Cuando abrió sus puertas en verano, los vecinos le recibieron con los brazos abiertos. Este nuevo local supuso, y continúa siendo, un pequeño salvavidas para no tener que hacer viajes “por olvidos” en sus compras a la ciudad. A esto hay que añadirle que algunos vecinos “no tienen tiempo para acercarse a Soria, con lo que les vendo pueden tirar unos cuantos días”. Aunque, su principal clientela, asegura, es la gente mayor, quienes “aunque no se puedan desplazar, tampoco quieren depender de otra persona porque todavía se valen de sí mismos”.
Tampoco hay que olvidar a todos los que entran cuando están de paso, pues al ubicarse en la carretera principal, mucha gente entra para salir del apuro “para llevarse un regalo o detalle para algún invitado” o “cuando están en el camping o pasan el día en el río para coger alguna cosilla que les hace falta”.
Pero, no solo sirve para ir a comprar, sino que el establecimiento, también es un punto de encuentro para muchos de los vecinos que “quedan a una hora concreta para tener sus charlas, mientras hacen algún recado aquí”. Así mismo, Javier Gonzalo, asegura que también hace de psicólogo, pues algunos de sus clientes pasan todo el día solos, y cuando se acercan al local aprovechan para hablar con él y desahogarse. Eso sí, asegura ser un buen confesor, ya que “lo que cuentan aquí, aquí se queda”.
Con todo esto, la tienda ‘El Puchi’ es más que un ultramarinos, pues “es un servicio que tiene muchas funciones”, en donde los clientes se sienten como en casa, pues reciben la amabilidad, la cercanía y el buen trato que Javier Gonzalo les ofrece todos los días del año.