CASTILLA Y LEóN
Actualizado 11/01/2024 13:00:46

Este uso universal podrá excusarse en aquellos ámbitos donde exista interacción verbal y en su caso gestual que sea importante en el abordaje o trato con el paciente.

El Consejo de Gobierno ha autorizado hoy dar publicidad, para general conocimiento y por ser de obligado cumplimiento, a la Orden Comunicada de la ministra de Sanidad, de 10 de enero de 2024, por la que se aprueba la declaración de actuaciones coordinadas en salud pública mediante la cual se hace obligatorio el uso de mascarilla en centros sanitarios asistenciales (hospitales y atención primaria).

La Junta de Castilla y León, en su condición de autoridad sanitaria, hace pública así esta Orden ministerial de volver al uso obligado de las mascarillas, cuyo objetivo esencial es “reducir la transmisión de virus y proteger a las personas con riesgo de complicaciones asociadas a infección que acuden a estos centros o se encuentran hospitalizadas, además de proteger la salud de los trabajadores sanitarios. Esta medida será, igualmente, efectiva en consultas del ámbito privado”.

Según la citada Orden, este uso universal podrá excusarse en aquellos ámbitos donde exista interacción verbal y en su caso gestual que sea importante en el abordaje o trato con el paciente.

El Gobierno central ha establecido que las comunidades autónomas que presenten datos de descenso de la Incidencia Acumulada de Infecciones Respiratorias Agudas durante dos semanas consecutivas, según los datos reportados al Ministerio de Sanidad por medio de la Red de Vigilancia, podrán pasar, si así lo consideran adecuado según el conjunto de su situación epidemiológica, de la situación de obligatoriedad del uso de mascarillas en centros sanitarios a una situación de recomendación de uso. Aquellas que a pesar de cumplir ese criterio quieran mantener la obligatoriedad, de acuerdo con el análisis de sus datos, podrán hacerlo durante la vigencia de la Declaración de Actuaciones Coordinadas.

La Orden recoge además recomendaciones generales para la población, como la utilización de mascarilla ante la presencia de síntomas de infección respiratoria, al entender que “la ciudadanía tiene un papel fundamental en la reducción de la transmisión de las infecciones respiratorias”.

En cuanto a recomendaciones en centros residenciales de personas vulnerables y farmacias, la norma ministerial indica que “aunque no se recomienda el uso universal de las mascarillas para cuidar el bienestar de los mayores tanto a nivel físico como emocional, se considera necesario tomar precauciones adicionales para proteger a las personas residentes y evitar brotes, especialmente en situaciones de alta circulación de virus respiratorios como la que se vive en estos momentos”.

Es por ello que, siguiendo la Guía con recomendaciones específicas en este ámbito, aprobada por la Comisión de Salud Pública en julio de 2023, se debe asegurar la provisión y uso de mascarillas para el personal que atiende a personas con síntomas compatibles con infección respiratoria aguda y para las personas que presenten síntomas.

Así mismo, este nivel de recomendación se hará extensivo también a las oficinas de farmacia.

Otro aspecto de la Orden se centra en el fomento de medidas higiénicas y asegurar una adecuada ventilación de espacios interiores, al entender que para disminuir la transmisión a nivel poblacional se debe insistir en la importancia de las medidas higiénicas como la etiqueta respiratoria o lavado de manos.

Asimismo, la norma incide en que se debe garantizar una correcta ventilación de espacios interiores, medida que ha demostrado una gran eficacia para reducir el riesgo de transmisión de infecciones respiratorias.

El último aspecto recogido en la Orden Comunicada de la ministra de Sanidad se refiere a incrementar las tasas de vacunación antigripal y frente al SARS-CoV-2 en la población con indicación vacunal.

Así, se entiende que esta vacunación es una medida fundamental para reducir las complicaciones y gravedad de estas infecciones, por lo que se recomienda su administración en todos los grupos de riesgo para los que está recomendada, especialmente en una temporada de alta incidencia como la que estamos experimentando.

En el momento actual, se continúa recomendando la vacunación de gripe y COVID-19 a la población que con mayor probabilidad puede tener enfermedad grave tras una infección por virus de la gripe y SARS-CoV-2 (sobre todo, personas de 60 y más años de edad, aquellas que residen en instituciones, embarazadas y aquellas con condiciones de riesgo y sus convivientes), así como a las personas que por su situación laboral se consideran importantes para reducir el impacto y el mantenimiento de servicios críticos y esenciales a la comunidad.

Se recomienda también la administración de nirsevimab en la población infantil diana en esta temporada 2023-2024, es decir, población con algo riesgo de enfermedad grave por VRS, recién nacidos y menores de 6 meses.

Dada la situación epidemiológica actual y el hecho de que es previsible que durante unas semanas continúen las cifras elevadas de circulación del virus de la gripe, debería intensificarse los esfuerzos de vacunación realizando llamamientos especiales o flexibilizando las vías de acceso de la población susceptible de vacunación, para tratar de alcanzar cifras equiparables a los dos últimos años. Las CCAA y el Ministerio de Sanidad, en el marco de sus respectivas competencias, podrán ampliar la campaña actual. Además, el Ministerio de Sanidad llevará a cabo un refuerzo de las acciones de comunicación para ayudar a mejorar las tasas de vacunación.

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