Soria Noticias ha hablado con la psicóloga Silvia Mateo para conocer a qué personas son a las que más afecta, cómo el entorno puede ayudar en el proceso de mejora o cómo detectar este trastorno emocional que, según la OMS, sufre alrededor del 3,8% de la población mundial.
El 13 de enero se celebra el Día Mundial de la lucha contra la Depresión, un trastorno emocional que según la Organización Mundial de la Salud (OMS), sufre alrededor del 3,8% de la población mundial, y que ya se considera la primera causa mundial de discapacidad, incidiendo notablemente en las tasas de mortalidad.
Con motivo de esta fecha que se estableció con el fin de sensibilizar, orientar y prevenir a la población a nivel mundial sobre esta enfermedad, Soria Noticias ha hablado con la psicóloga soriana, Silvia Mateo, para conocer cómo detectarlo, a qué personas les suele afectar más y cómo el entorno, hablando de familiares y amigos, puede ayudar en el proceso de mejora de un paciente.
Si bien antes hemos anotado el porcentaje de personas que sufre este trastorno a nivel mundial, no se conocen unos datos exactos a nivel provincial, pero según apunta Mateo “de acuerdo a nuestra experiencia, no hemos visto un aumento significativo de pacientes con estado emocional depresivo en comparación con otro años”, aún así matiza que “siempre ha estado y siempre estará en nuestras vidas”.
Desde hace unos años atrás a ahora, es probable que, en Redes Sociales, hayas visto a jóvenes influencers que hayan manifestado abiertamente que padecen este trastorno, lo cual lleva a pensar que son los jóvenes los que más la padecen. Sin embargo, la realidad es otra, pues según indica Mateo, la población que más la sufre, por rangos de edades, “son las mujeres mayores de 50 años, aproximadamente”.
Según indica la psicóloga la depresión se puede detectar, pero hay que estar atento a ciertos comportamientos. Entre los más comunes se encontraría que “a la persona le cuesta levantarse de la cama todos los días o percibe apatía o se siente indefenso/a para poder hacer algo o mejorar”. Así mismo, también es notable cuando “muestra dejadez o falta de autocuidado, se aísla socialmente, se muestra negativo/a y quejica frente a todo lo que le rodea”.
Sin embargo, avisa que se tiene que tratar de comportamientos que se “mantienen a lo largo de los meses”. Es en ese momento cuando “nos tenemos que plantear que la personas nos está pidiendo ayuda sin pedirla directamente”.
Las personas que tienen depresión “sienten una gran «pesadez» permanente que le impide vivir, pero sigue sobreviviendo sin hacer nada, lo que le lleva a estar peor”, afirma.
Es por ello que, a pesar de que a la persona le cueste “la clave es hacer aunque no le apetezca mejorar”. Principalmente el pensamiento de la persona irá dirigido a “ya lo haré cuando esté mejor, pero entonces ese momento nunca llega”. Es en ese punto cuando entraría una lucha interna en la que se tiene que “cambiar la forma que tiene la persona de relacionarse o resolver con lo que está sintiendo”.
“Hay una predisposición biológica”, apunta Mateo. Esta tendencia “hace ser más vulnerable a poder acabar en ese estado, y con una falta de conductas o recursos de afrontamiento o formas de vida que nos llevarían a buscar sentirnos bien y dar sentido a nuestra vida y conectar con nuestros valores”.
Cuando un amigo o familiar padece depresión, la tendencia principal suele ser querer ayudarles, aunque no se sepa cómo. Según indica Mateo las personas de su entorno tienen que entender que el estado del afectado “no depende de ellos, ya que no tenemos el control del bienestar de los demás”. Aún así, asegura que “ayuda mucho acompañarlos, pero siempre sin exigirles y entendiendo que no lo hacen porque quieren”. Además, hay que estar atentos a los momentos puntuales en los que tienen una buena actitud y en los que se muestran más activos, pues es el momento en el que se tiene que “reforzar mucho su cambio para hacerles ver que son capaces de salir de ahí”.
Por otro lado, también aconseja llevar una rutina mínima pues “es muy importante para empezar a salir aunque se queje por hacerlo”.
Aunque hay personas que por sus propios medios son capaces de superar una depresión, también hay casos más graves en los que se deberá de recurrir a un especialista. En este segundo caso, el psicólogo le ayudará aportándole métodos de prevención “para que no vuelva a caer en esa dinámica y en ese estado”. Así mismo, “la persona, mediante terapia, podrá comprender el por qué de lo que le pasa, se conocerá a sí mismo/a de una manera más profunda, aceptará su vulnerabilidad, aprenderá a resolver y a vivir de otra manera”.