DEPORTES
Actualizado 07/02/2024 20:20:00
Pedro Lafuente

En su segunda etapa en el país asiático, el exnumantino ha firmado por un equipo de Segunda División que pertenece a una ciudad de medio millón de habitantes. Sin apenas opciones para desarrollar una vida social al estilo español, este se centra en su trabajo y en intentar preparar a sus jugadores de cara a lograr el ascenso. Por ahora, el idioma es su mayor hándicap.

David Ramos es un trotamundos del fútbol. Soriano de nacimiento y numantino de corazón, a este preparador físico no se le pone nada por delante. Tras su experiencia en banquillos de España como el del Lleida, Sabadell o el del propio Numancia, este decidió hace apenas unas semanas emprender su segunda etapa en China.

Después de su paso el pasado verano por el Nantong Zhiyung de Primera División, Ramos ha fichado por el Guangxi Pingguo Haliao de la segunda categoría china. De la mano de Gabri, técnico con el que ha compartido numerosas experiencias en el mundo del fútbol, el preparador físico asumió este nuevo reto: “Esta oportunidad surgió a raíz de mi primera experiencia en Superliga. Me llamó Gabri y no tuve más remedio que venir porque tenía claro que quería seguir trabajando con él. Nuestro objetivo es ascender. Tenemos un proyecto ambicioso”.

Dejando atrás su vida en Soria, Ramos confiesa que debía de coger este tren, “ya que tengo muy claro lo que quiero ser; aquí es muy complicado que pueda vivir de mi profesión al nivel que pretendo”. En esa decisión, Gabri tuvo mucho peso. El que fuera jugador del F.C. Barcelona es considerado por David como un enorme profesional “que me trata muy bien y con el que estoy muy a gusto”.

Hándicap del lenguaje

Durante estas semanas, el Guangxi Pingguo Haliao se encuentra inmerso en una pretemporada un tanto diferente a la que se realiza en España. Allí, esta fase previa se divide en dos etapas. En la primera, que dura tres semanas, se hace más trabajo físico. Posteriormente, se para unos días por el Nuevo Año Chino y se vuelve a los terrenos de juego para terminar de preparar la liga en otros 21 días.

En estas fechas, los equipos disputan numerosos partidos que sirven a los entrenadores para ver a todos sus pupilos en acción. En el caso de esta Superliga, los combinados cuentan con numerosos jugadores a prueba a lo largo de estas sesiones. Por ahora, David Ramos machaca a los suyos con trabajos de resistencia, controlando también las cargas, dado que disputan numerosos partidos en pocos días: “Para alcanzar el nivel físico y táctico que queremos, hemos tenido que subir mucho la intensidad de los entrenos”.

En ellos, lo más complicado es la comunicación con el jugador. Desde el club, se intenta facilitar esa labor con un traductor de español y con dos de inglés. “A veces es lo que más nos cuesta. Tenemos que tener más paciencia en los ejercicios y utilizar videos para hacer las correcciones tácticas. Hay que buscar otros métodos”.

Diferencias entre el fútbol chino y el español

En estas sesiones, el preparador soriano convive con unos jugadores a los que define como “muy competitivos”. En esa dirección, quiere desterrar el mito de que los futbolistas chinos no tienen calidad, recalcando que en esas ligas hay jugadores de “primer nivel mundial”. No obstante, reconoce que existen diferencias con Europa: “Les falta ritmo competitivo. En España desde pequeños se compite muy bien con una metodología marcada”.

A diferencia de ello, el público es un aspecto que no tiene que envidiar el balompié asiático al del viejo continente. Ramos manifiesta que “aquí son tan hinchas como en España o más; nunca había tenido que firmar autógrafos hasta que aterrice aquí”. De la misma, también afirma que abarrotan los estadios, incluso, mucho antes de que el árbitro pite el comienzo de los choques. A tal efecto, recuerda que le impresionó la primera vez que dirigió un calentamiento en su anterior combinado y presenció todo el campo lleno: “Los jugadores no me podían escuchar”.

Poca vida social

Fuera de la verde, David Ramos tiene muy complicado el llevar una vida social como la que tenía en su país. Residiendo en una ciudad de medio millón de habitantes, “pequeña para tratarse de China”, esta cuenta con pocas opciones de ocio: “Para los extranjeros es complicado. La vida social se reduce a casi nada. Para nosotros el día a día consiste en trabajar e intentar hacerlo lo mejor posible”.

Así, centrado en el trabajo, este trotamundos soriano quiere seguir persiguiendo su sueño en China. Esfuerzo no faltará por su parte con el reto de aportar a su equipo su granito de arena para conseguir el ascenso de categoría y regresar a Soria a celebrarlo con sus seres queridos.

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