Los hechos se remontan a 2021, en tiempo de confinamiento por la pandemia.
La Audiencia Provincial de Soria ha condenado a un joven a la pena de seis años de prisión por agresión sexual hacia una joven de 16 años en el momento de ser cometido el delito, en enero de 2021. Èl había cumplido entonces los 21.
Los hechos sucedieron durante una fiesta en la que la víctima, amiga del hermano del condenado, acudió con otras personas al domicilio de los padres de estos últimos, si bien los hechos fueron denunciados posteriormente.
Queda probado que la agredida se sintió indispuesta por la ingesta de alcohol durante la noche del 2 al 3 de enero, durante el confinamiento derivado por la pandemia, por lo que fue ayudada a ducharse. Después se acostó, lo que aprovechó el ahora condenado para introducirle los dedos en la vagina, pese a que ella se hallaba con el período. Ella, al no encontrarse el tampón acudió al baño, seguida por el agresor quien la agarró del cabello obligándola "con ánimo libidinoso" a hacerle una felación. La víctima se zafó de él, pero fue nuevamente retenida en la cama del dormitorio, donde fue penetrada, eyaculando el denunciado fuera del cuerpo de la joven.
La víctima, que se hallaba en estado de shock, se vistió y después acudió al salón donde se encontraba el resto de los asistentes al cumpleaños y se sentó en el sofá, tapándose con una manta. El agresor volvió a agredirla buscando manualemente el órgano sexual de ella, si bien fue visto por uno de los asistentes, por lo que cesó en su intención.
En el informe pericial psicológico queda relatado la víctima presentaba la sintomatología propia de una persona que había sido agredida sexualmente quedando patente el denominado trastorno de estrés postraumático. También se indica que es normal que la víctima hubiera denunciado tarde los hechos y que hay gente que no denuncia nunca este tipo de acciones nunca por la incapacidad de hacerlo. Durante la asistencia psicológica la joven explicó que llegó un momento que tuvo esa necesidad de denunciar. Sufría, según el informe ansiedad, trastornos del sueño, depresión, conducta
alimentaria alterada, desconfianza hacia las personas e ideación suicida, entre otras cuestiones.
Además de la privación de libertad, la sentencia contempla siete años de libertad vigilada, trece de alejamiento a la víctima y no comunicarse con ella de ningún modo y el pago de 10.000 euros en concepto de indemnización hacia ella. Habrá de afrontar economómicamente también las costas del proceso.
Cabe recurso de apelación ante la Sala de lo Civil y Penal del Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León (TSJCyL).