El mercadillo se encuentra ubicado en el Centro Cultural de San Agustín y estará allí durante todo el fin de semana.
Seguramente hayas ido alguna vez a un mercado de antigüedades y te hayas quedado fascinado por las piezas que has visto allí. Es probable que algunas todavía se encuentren en casa de tus antepasados o que estén como elemento decorativo en alguna vivienda rural. Sin embargo, hay muchas otras que son únicas y de las que queden muy pocos ejemplares en el mundo, lo cual las convierte en objetos de gran valor. Hemos recorrido el mercado de antigüedades que se ha instalado durante este fin de semana en el Centro Cultural San Agustín de El Burgo de Osma en busca de los objetos más curiosos y especiales que tienen los coleccionistas que han acudido. Muy atento porque seguramente alguno te llame la atención.
Esta jaula del año 1800, aproximadamente, se cree, por sus características, que pudiera haberse usado para que los hámster jugasen en ella o para transportarlos Como se puede apreciar, nada tiene que ver con las actuales de plástico. Está completamente hecha de madera y hierro, y sus dimensiones son bastante grandes. Además, y a pesar de los años, la rueda funciona perfectamente.
Se trata de una escalera de caracol de hierro forjada a mano. La curiosidad viene porque era la prueba final que tenían que realizar los jóvenes para examinarse de la profesión de herreros. En esta competencia tenían que hacer una cosa grande y una pequeña, y esta era la pequeña. Data del año 1920 -1930, aunque se sabe que se continuaron haciendo hasta 1960. Al estar hecha a mano es una pieza única que alcanza un valor de 150€.
Era comúnmente utilizado en bares para moler el café. Al tener dos ruedas es poco común que se vean. El mecanismo era sencillo, se metían los granos por la parte de arriba, y se hacían girar las ruedas para moler las habas. Una vez machacadas, el café molido caía en una cajonera ubicada en la parte de abajo, listo para ser utilizado. Actualmente continúa funcionando y cualquier persona podría adquirirlo por 350€ para hacer sus propios molidos en casa.
Se utilizaban en las iglesias para llamar a los oficios. La primera es española y tiene más de 200 años de antigüedad. Se trata de un objeto que fue vendido por los curas de la época, los cuales necesitaban el dinero para arreglar parte de la iglesia y vendían algunas de las cosas que tenían y que ya no utilizaban.
La otra, que es más vertical, es una campana de alcaldía. Se utilizaba para pregonar que algún vecino había muerto o que había llegado alguien importante al lugar. En general un medio para dar noticias.
Estos cubiertos estaban creados para consumir el pescado azul. En Francia este tipo de comida se consideraba noble y en los restaurantes, en vez del actual cuchillo plano con el que se suele consumir, se utilizaba este tenedor cerrado en las puntas. El conjunto de seis cubiertos cuesta 40€.
Se trata de una centralita telefónica de 1914. Entraban las llamadas y con los botones que hay abajo, se derivaban a quien se solicitase. Una vez hecho esto, la llamada llegaba a su destinatario y el teléfono se colgaba. Tiene un precio de 250€.
Se llamaban NIC por el nombre que llevaba en su carcasa. Eran películas de papel y había una gran variedad de ellas. Se ponía el rollo de película enganchado al proyector y la película empezaba a rodar. Una pieza de coleccionista que actualmente cuesta 120€.
Se trata de un ejemplar “rarísimo” que contiene todos los dibujos y diseños que luego estuvieron en la película de ‘Alien’. Además, se trata de un objeto muy buscado por todos los coleccionistas y aficionados a este tipo de largometrajes.
Estos objetos están muy bien conservados, tanto que en los filos se puede leer claramente “viva Rusia”, “viva la URS” y “viva la UHP”. Se trata de una pieza muy poco común. Además, también hay cuchillos y navajas de la otra parte, la división azul, los españoles que marcharon a luchar con Hitler.
Se trata de una pieza muy rara de ver. Según cuenta el coleccionista, no se encuentra ni en muchos de los museos, ni en exposiciones especializadas. “Fueron encontradas en Socoa, Francia. Allí, en una fábrica de muebles se realizó la mayor incautación que tenía la organización terrorista. En principio aparecieron 1.000 medallas que luego han desaparecido. Estas se utilizaban para premiar a los comandos más sangrientos”. Tiene un precio de 150€.
Es una cámara de kodak de 1914. Es de fuelle y portátil, por lo que se plegaba, y e puede plegar todavía, y se metía en una funda de cuero. Todo su cuerpo es metálico. El visor lo tiene en la parte de arriba, junto al disparador. Y, aunque el objetivo está sucio, debido al paso de los años, sí que sigue disparando.