El alumnado de 1º de ESO del instituto de Soria acude al cementerio para la ofrenda floral en la sepultura de Leonor Izquierdo. Una tradición que se remonta a 1967.
Este jueves, 22 de febrero, se cumplen 85 años de la muerte del poeta sevillano de proyección universal Antonio Machado Ruiz, a sus 63 años de edad. Como es sabido, el óbito sucedió en el Colliure, un pequeño pueblo de pescadores en la demarcción francesa del Rosellón, a orillas del Mediterráneo. Era Miércoles de Ceniza y su agonía corrió pareja al derrumbamiento de la II República española, a la que siempre le fue fiel. Machado constituye un referente universal de hombre bueno y estandarte de la provincia de Soria, por colocar su nombre y su paisaje a la altura de cualquier otro referente literario globalmente conocido.
Un grupo de alumnos y profesores del instituto que recibe su nombre en la capital, como es tradición este día, acudirá, sobre las 11:30 horas, al cementerio del Espino para conmemorar, junto a la sepultura de Leonor Izquierdo, su mujer, este aniversario. El acto sirve, sobre todo, para mantener viva la memoria y el legado que dejó el poeta en un centro que tanto le debe, dando así continuidad a una costumbre que ya forma parte de la idiosincrasia del histórico instituto.
De esta manera se da continuidad a una tradición que se viene siendo celebrada a partir de 1967, aunque el origen de este homenaje se remonta a 1924, cuando varios amigos de Machado, entre ellos José Tudela y Mariano Granados, decidieron depositar un ramo de flores en la lápida donde descansa su esposa y musa Leonor. El centro quiere poner así de manifiesto su perenne vinculación con el literato, y dejar constancia de que, durante su estancia en Soria, constituyó, junto a su esposa, uno de los puntos centrales de su vida.
Si bien en los primeros años fue el alumnado de los cursos superiores el encargado de oficiar este gesto, en las últimas décadas han sido los nuevos alumnos de 1º de ESO los que han subido hasta el recinto funerario, para recitar, junto al pie de la lápida donde descansan los restos de la esposa, algunos de sus versos más conocidos, convirtiéndose así en legatarios de los deseos del poeta y en continuadores de la recuperación de su memoria. El objetivo es que el nuevo alumnado conozca la vinculación tan fuerte que unió al que fuese profesor de Lengua Francesa con Soria y con el centro, y que sean los estudiantes quienes, en años venideros, perpetúen esta tradición tan arraigada y significativa.
Estos alumnos continúan con aquel encargo que Antonio Machado hiciera a su amigo José María Palacio en Campos de Castilla:
Palacio, buen amigo, ¿está la primavera
vistiendo ya las ramas de los chopos
del río y los caminos? (…)
Con los primeros lirios
y las primeras rosas de las huertas,
en una tarde azul, sube al Espino,
al alto Espino donde está su tierra.
El acto será sencillo pero emotivo y consistirá en la ofrenda floral y en la lectura de alguno de los poemas de su obra ‘Campos de Castilla’ que más lo vinculan con ella, con Leonor, y con Soria, ciudad a la que legó el inmenso regalo de una imagen lo más pura posible. En los últimos cursos la actividad concluye delante del olmo seco, con la lectura del poema ‘A un olmo seco’ y con una fotografía de familia de los participantes en el acto. Este es, sin duda, el homenaje más auténtico que se le puede tributar a alguien tan poco dado a exhibiciones y agasajos, junto con el de aproximarse una vez más a su obra y disfrutarla.
Dentro de esta conmemoración global, la Asociación de Amigos del IES Antonio Machado ha programado para la misma jornada, de 19:30 a 20:30 horas y por séptimo año consecutivo, la actividad 'Hoy leemos a Antonio Machado' que se desarrollará en el Aula del Poeta, con la actuación musical de Román Angulo y Lucía Arias. La convocatoria está abierta al público en general y en ella podrán leer poemas machadianos quienes lo deseen.