Durante el día, estas personas no pueden ni comer ni beber ni mantener relaciones sexuales. Aunque se hace cuesta arriba en un principio, “ya que el cuerpo no está acostumbrado”, la mayoría lo vive con alegría, dado que es una de las fiestas más importantes para ellos.
Alrededor de 3.300 musulmanes que residen en la provincia de Soria han empezado hoy el Ramadán. A pesar de las dudas que surgieron a última hora de ayer por la situación de la luna -provocaron que muchas personas se equivocasen y no empiecen hasta el martes-, los miembros de la comunidad musulmana afrontan desde este 11 de marzo su mes más importante del año.
Esta fiesta que se celebra en honor a Mahoma, siguiendo el calendario lunar, se adelanta cada año 15 días (De esa forma, esta no volverá a coincidir en estas mismas fechas hasta dentro de 33 años). En esta ocasión, esta circunstancia es muy positiva para Reda Brahmi y para Fátima El Kbira, dos musulmanes que residen en Soria desde hace tiempo.
En ese sentido, el primero de ellos afirma que “no se hace duro, dado que a las 19:00h. ya es de noche y podemos comer; es muy diferente a lo que pasó hace unos años en agosto. Por aquel entonces, no podíamos comer hasta las 23:00h”.
Durante prácticamente un mes, los practicantes de esta religión no comen ni beben ni mantienen relaciones desde que amanece hasta que anochece. No obstante, esta fiesta va mucho más allá. “Es un mes para acercarte a Alá. Son los días de la paz, de hacer el bien y de ponerte en la piel de los más necesitados”, manifiesta Fátima, al tiempo que Reda recalca que es "un mes de reeducación en el que hay que hacer las cosas bien”.
Los únicos que no llevan a cabo estos actos son los niños menores de 16 años, las niñas a las que todavía no les ha venido la regla y los enfermos. Además, a ellos se les suman las mujeres que están con la regla en este período de tiempo.
Por otro lado, para completar el Ramadán cada familia tiene que dar 5 euros por cabeza a los pobres dos días antes de que finalice. A este gesto al que llaman ‘zakat’ le dan mucha importancia: “Si no lo haces, es como si no hubieras hecho nada el resto del tiempo”.
En cuanto a la duración, hay que destacar que esta celebración puede durar 29 o 30 días, dependiendo de la luna. A lo largo de esas fechas, la oración es un momento muy importante. En esa dirección, los musulmanes acuden en masa a las mezquitas para rezar con sus familiares. La provincia cuenta en estos momentos con cinco: dos en la capital, una en Almazán, otra en Ágreda y otra en Ólvega.
Asimismo, es muy habitual ver cómo se juntan a romper el ayuno una vez se hace de noche. A tal efecto, Reda confiesa que es una época propicia para “intercambiar visitas a diferentes casas”.
Nuestros protagonistas ponen de manifiesto que los primeros tres días son los más duros, “ya que el cuerpo no está acostumbrado”. En el caso de Fátima, señala que las tardes son el instante en el que más cansada se encuentra. No obstante, en general lo lleva muy bien, aunque es cocinera y tiene que preparar recetas, mientras que ella no puede comer: “Estoy acostumbrada. Llevo 20 años dedicándome a esto y no me afecta en nada”.
Por su parte, Reda señala que se le pasa el día muy rápido, estudiando por la mañana y trabajando por la tarde. Antes, cuando era deportista de élite, eran sus fechas favoritas: “Era cuando mejor estaba. Me recuerda al ayuno intermitente que practican muchos deportistas en la actualidad”.
Con todo ello, y apuntando a que en los países musulmanes se vive de una forma muy distinta a Soria, “llegándose a parar todo por las noches”, ambos encaran con ilusión este mes que tienen señalado en rojo en el calendario desde hace tiempo.